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Centro Esperanza, atomizada por el apoyo de políticos tradicionales

Alejandro Gaviria acogió a políticos tradicionales y desató una tormenta en la Centro Esperanza.

  • Ingrid Betancourt y Sergio Fajardo pelearon con Alejandro Gaviria por sus alianzas. FOTO ARCHIVO Y COLPRENSA
    Ingrid Betancourt y Sergio Fajardo pelearon con Alejandro Gaviria por sus alianzas. FOTO ARCHIVO Y COLPRENSA
27 de enero de 2022
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La discordia parece no tener pronta solución. La Coalición Centro Esperanza atraviesa por su crisis más aguda después de su consolidación en el cónclave a finales de noviembre de 2021, cuya convergencia pudo aglutinar al denominado centro político que logró la aparente unión entre los presidenciables Sergio Fajardo y Alejandro Gaviria, pero que hoy pinta más como división.

En las toldas de esta colectividad que se autodenomina como alternativa y que tiene siete precandidatos presidenciales, aterrizaron dos políticos que provocaron una fuerte rencilla por su perfil de políticos de tradicionales y por ser de la línea de las maquinarias del expresidente César Gaviria, director del Partido Liberal; y el exvicepresidente Germán Vargas Lleras, director del partido Cambio Radical.

Se trata de los senadores Germán Varón (Cambio Radical) y Miguel Ángel Pinto (Partido Liberal), a quienes el exministro de Salud recibió en su equipo presidencial, decisión que le costó las críticas y cuestionamientos públicos de sus coequiperos de coalición, Ingrid Betancourt, Sergio Fajardo y Jorge Enrique Robledo.

Las alianzas que incomodan

El mayor generador de discordia en el interior de la convergencia fue Varón, ya que además de ser una de las personas con más cercanía a Vargas Lleras, pertenece a un partido que ha apoyado fielmente al presidente Iván Duque, cuya gestión es ampliamente criticada por la Centro Esperanza.

Estas alianzas parecen tener un fin más electoral que de construcción de acuerdos programáticos, pues el senador de Cambio Radical –cuyo fortín político es Bogotá– podría aportarle a la campaña de Gaviria al menos 64.457 votos, que fueron los que obtuvo en las elecciones de 2018 para lograr su curul en el Congreso.

Por otra parte, la llegada de Pinto tampoco cayó para nada bien, pues se trata de un alfil del expresidente Gaviria, uno de los principales rivales políticos de Fajardo. Además, incomoda que es allegado a Didier Tavera, exgobernador de Santander, quien maneja la maquinaria política de ese departamento.

Tavera es sobrino de Claudia Lucero López, la esposa del senador Pinto, cuyo caudal electoral se cuenta en al menos 84.068 votos, con los que llegó al Senado en 2018.

Adicional a estas dos alianzas, Alejandro Gaviria alista un apoyo que provocó el malestar de Fajardo al tratarse de una de sus fichas electorales claves en la Alianza Verde: la senadora Angélica Lozano (105.700 votos en 2018). EL COLOMBIANO conoció que esta unión está por concretarse y esta situación no le cayó bien al exgobernador de Antioquia y a Betancourt, quien hizo política junto a Lozano años atrás en el Verde Oxígeno.

En medio de este río revuelto con sus compañeros de coalición, el precandidato Gaviria siguió confirmando alianzas electorales. Este jueves acogió al exministro de Trabajo, Rafael Pardo, y al exministro de Salud y exdirector de Sustitución de Cultivos Ilícitos, Eduardo Díaz Uribe.

Aires de ruptura latentes

Tras los cuestionamientos públicos de Betancourt, el también exrector de la Universidad de los Andes lanzó nuevas pullas en rechazo a los cuestionamientos con quienes lo apoyan. “Quien divide y excluye ahora, durante la elección, no podrá unir al país entorno a las reformas que necesitamos los colombianos”, dijo.

Este pronunciamiento fue respuesta a la crítica subida de tono del propio Fajardo, quien planteó que la Coalición Centro Esperanza no podrá avanzar si el “clientelismo” se alcanza a colar en sus filas.

Por su parte, Jorge Enrique Robledo –abiertamente opositor a Alejandro Gaviria– aseguró que la convergencia no debería aceptar ninguna alianza con figuras políticas cercanas al presidente Iván Duque.

“No debemos caer en la trampa del Partido Liberal de César Gaviria y el Cambio Radical de Germán Vargas Lleras, colectividades que eligieron a Duque y lo han respaldado y respaldan. Pero ponen gente en todas las campañas para ganar con todas. Duquistas disfrazados, el colmo del oportunismo”, expuso Robledo.

Parece que el hecho de tener más precandidatos presidenciales no significó más democracia como manifestó Betancourt, sino más confrontaciones y fragmentación de sus votos. Lo cierto es que los próximos 8 días serán definitivos para que estas diferencias se zanjen, pues el 4 de febrero la coalición tendrá que informar cuáles aspirantes irán a consulta el 13 de marzo y podría haber sorpresas si alguno decide ir en solitario a la primera vuelta del 29 de mayo

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