Uno de los temas más álgidos que salieron a flote después de la elección de Gustavo Petro como presidente fue la relación que tendrá con la Fuerza Pública colombiana. La razón es evidente: Petro perteneció a la guerrilla del M-19, que combatió a las autoridades entre los años 70 y finales de los 80.
Y si bien Petro le ha cumplido a la paz y ha forjado una extensa carrera política, el hecho de que ahora vaya a ser el comandante civil de todas las Fuerzas Militares ha suscitado todo tipo de reflexiones: que Colombia sí es capaz de reconciliarse, que va a haber mucho descontento entre los uniformados e incluso hay quienes se aventuraron a decir que podía haber insubordinación, una conclusión que, sin embargo, no tiene asidero.
Hace poco, el electo presidente del Pacto Histórico hizo referencia al tema en una entrevista que le hizo la revista Cambio. El periodista Daniel Coronell le preguntó sobre la desconfianza que podía generar su llegada al poder en los altos mandos militares, precisamente por su pasado en el M-19.