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Cuatro días después de ganar las elecciones presidenciales del 19 de junio, Gustavo Petro le abrió un espacio en su agenda al senador conservador Carlos Andrés Trujillo, quien logró reunirse con el mandatario electo mucho antes que otras figuras políticas con amplia influencia –que se vieron con Petro posteriormente– como Germán Vargas Lleras, Rodolfo Hernández y Álvaro Uribe.
No fue un hecho fortuito que tan solo horas después de ganar los comicios, el presidente electo recibiera en su casa –entre sonrisas– a este congresista antioqueño, pues esta cita representó el primer acercamiento público de Petro con el conservatismo, además de una aproximación en privado con una de las figuras políticas con más poder e influencia no solo dentro de ese partido, sino también en el departamento de Antioquia.
Trujillo, quien es el barón electoral del municipio de Itagüí, desató una tormenta política al interior del Conservador porque acudió a esta cita privada con Petro pasando por encima de Ómar Yepes, quien decidió dejar la dirección de esa colectividad al sentirse apabullado porque un congresista omitió las líneas de oposición que el partido se fijó en las presidenciales, en las que no bajó a Petro de una “amenaza” para la democracia.
Tal es la influencia que tiene este senador, reelegido en marzo con 159.810 votos, que en lugar de ser sancionado por la colectividad después de la sorpresiva reunión con Petro –que incluso molestó al expresidente Andrés Pastrana–, movió sus fichas y logró que lo eligieran por unanimidad como director, en reemplazo de Ómar Yepes.
Con este nombramiento, Trujillo ratificó que es uno de los líderes políticos que maneja más redes de poder en Antioquia, pues también influye en la Alcaldía de Itagüí, el Concejo y la Contraloría de Medellín, y la Asamblea de Antioquia. Además, choca con otros dirigentes políticos antioqueños como el senador conservador Juan Diego Gómez y León Mario Bedoya –aliado de Daniel Quintero–, y no ha sido ajeno a los escándalos, pues enfrenta siete denuncias en la Fiscalía General por presuntos actos de corrupción.
Trujillo: un gamonal paisa
En los últimos 18 años, Carlos Andrés Trujillo ha ocupado diversos cargos de elección popular y escaló hasta convertirse hoy, a sus 46 años de edad, en el jerarca político absoluto de Itagüí. Entre 2004 y 2007 fue concejal de ese municipio del sur del Valle de Aburrá y luego llegó, con más de 26.000 votos, a la Asamblea de Antioquia, donde ocupó una curul entre 2008 y 2011.
Un año después, saltó a la Alcaldía de Itagüí luego de tejer una alianza –en el año 2008– con los líderes políticos itagüiseños Gabriel Jaime Cadavid y León Mario Bedoya.
Trujillo se afianzó como el barón político de Itagüí durante esos cuatro años (entre 2012 y 2016) en el poder local y consolidó su popularidad al reforzar la inversión en seguridad, infraestructura y educación, con lo que alcanzó en 2014 una aprobación del 92 %, según una medición del Centro Nacional de Consultoría.
Aprovechando su amplia aceptación, Trujillo montó en 2015 a su sucesor, León Mario Bedoya, quien ganó las elecciones con 57.485 votos y con quien el hoy senador mantuvo sus cuotas burocráticas, y en 2019 le dio su bendición a José Fernando Escobar, quien también fue elegido alcalde al alcanzar 59.756 apoyos.
Un miembro del círculo de Trujillo en Itagüí le dijo a EL COLOMBIANO que aunque Escobar es la cara visible en la Alcaldía, quien más tiene influencia en las decisiones importantes es el senador conservador que todavía mantiene sus cuotas burocráticas en la administración municipal.
“Trujillo es el jefe tras bambalinas en Itagüí. Ha creado una red política tan poderosa que tiene influencia en Lucas Cañas, presidente del Concejo de Medellín; Enedith González Hernández, excontralora de Itagüí y actual contralora de Antioquia; Jaime Cano, diputado y expresidente de la Asamblea de Antioquia; y Daniel Restrepo, representante a la Cámara electo”, aseguró la fuente, quien prefirió no revelar su identidad.
Con el poder que ha sumado en los últimos años, Trujillo llegó al Senado en 2018 con 86.721 votos y fue reelegido el 13 de marzo de este año casi duplicando su votación, al alcanzar 159.810 apoyos. Así se ha consolidado como uno de los conservadores que se perfilan para aspirar a la Gobernación de Antioquia, puesto que también se saborea el senador conservador Juan Diego Gómez, actual presidente del Congreso y quien ve a Trujillo como su competencia.
Nueva cabeza de los godos
En un giro inesperado, Trujillo asumió este jueves la dirección del Partido Conservador y reemplazó a Yepes. Con este nombramiento, Petro tendrá más margen de maniobra para negociar el apoyo en el Congreso de parte de la bancada de los conservadores.
Este acuerdo sería determinante para el mandatario electo, pues aunque los godos no tienen capacidad de poner un presidente, tienen amplio poder en el Congreso, ya que son la segunda fuerza política en el Senado (15 curules), y el partido con más caudal electoral (2,2 millones de votos) detrás de la coalición Pacto Histórico (2,8 millones de votos).
“Hemos decidido no ser oposición al gobierno electo de Gustavo Petro y respaldaremos la agenda legislativa que se proponga, apegados a la Constitución de 1991 y teniendo como premisa el respeto por la propiedad privada y las libertades individuales”, dijo Trujillo en una carta pública con la que manifestó su respaldo al nuevo mandatario.
Después de escalar en la política local, regional y nacional, ahora el senador antioqueño intentará consolidar su red de poder –como director del Partido Conservador– hasta la Casa de Nariño.