A pesar de que el expresidente y exsenador Álvaro Uribe no reconoce la legitimidad de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad (CEV), el diálogo que entabló con tres de sus representantes el pasado lunes será analizado y contrastado para la construcción del informe final que elaborará la entidad sobre lo ocurrido durante el conflicto armado en el país.
Así lo confirmó EL COLOMBIANO con la CEV después del espacio de diálogo que Uribe facilitó en su finca en Rionegro (Antioquia), donde recibió al presidente de la comisión, el padre Francisco de Roux; y a los comisionados Lucía González y Leyner Palacios, con quienes habló sobre hechos ocurridos durante su mandato presidencial (2002-2010).
El encuentro como tal no fue un acto de comparecencia como el hecho por los expresidentes César Gaviria, Ernesto Samper y Juan Manuel Santos, y, según dijo a este medio el comisionado Palacios, fue una entrevista pública en la que el exmandatario respondió a sus preguntas, por lo que la Comisión valora este acto como una intención de aportar al esclarecimiento de la verdad.
“Es un encuentro que se dio en el marco del cumplimiento a nuestra obligación como Comisión de la Verdad de tener una escucha plural, entendida para nosotros como la posibilidad de que todas las personas que quieran aportar algún tipo de información que permita esclarecer lo que aconteció en el conflicto es bienvenida”, dijo Palacios.
Fue un encuentro político
Diversas lecturas se le dieron en el país al encuentro entre Uribe y la CEV. Carolina María Horta Gaviria, docente de la facultad de Ciencias Políticas de la UPB, señaló que aunque el expresidente Uribe enfatizó en no reconocer la comisión, habló con ella en busca de reconocimiento o legitimidad en el ámbito político, a propósito del escenario electoral que se avecina para el 2022. Además, planteó que aunque el exmandatario decidió hablar, trató de garantizar un escenario de diálogo donde él fuera protagonista, tanto que la entrevista fue en su casa.
“El ritual político allí es muy diciente desde la forma en la que el expresidente atiende a la Comisión: la reunión en su casa, su posición en la mesa central y la ubicación misma de los comisionados en el lugar. Él está utilizando este escenario buscando reconocimiento social, pues acude incluso a una instancia que él mismo deslegitima”, dijo la académica.
Además, esta conversación en la que se abordaron temas como las ejecuciones extrajudiciales presentadas como bajas en combate (o ‘falsos positivos’) y la creación de las ‘Convivir’, fue cuestionada por algunas víctimas del conflicto, que reclaman falta de diálogo público y abierto, así como la imposibilidad de participar.
La voz de Uribe en el informe
Desde la CEV se aseguró que lo que expuso Uribe en la catalogada internamente como ‘entrevista pública’ será sometido a análisis y contraste, como se ha hecho con los demás aportes de expresidentes de la República y personas que han entregado su versión.
Esta aclaración se hizo tras los cuestionamientos que surgieron por la forma en la que se realizó el encuentro, en el que Uribe reiteró que no reconocía la legitimidad de la Comisión creada tras la firma de los Acuerdos de Paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las Farc, en 2016.
Además, a lo largo de su intervención, Uribe resaltó que no reconoce como legítimas a las instituciones creadas en el Acuerdo (ver Paréntesis), ni que en el país hubo “conflicto armado”, sin embargo accedió a esta conversación, según él, porque no se opone a la construcción de la verdad.
Bajo esa premisa, el excongresista accedió a hablar sobre su política de ‘Seguridad Democrática’, y respondió a inquietudes sobre las acciones que tomó cuando fue gobernador de Antioquia (1995 - 1997) y presidente de la República (2002 - 2010).
Uno de los temas que más causó fricción fue la pregunta de Francisco de Roux sobre sus decisiones frente a los casos de ‘falsos positivos’. Al respecto, Uribe aseguró que su gobierno “actuó de inmediato” para detener esos actos ilícitos, a pesar del afecto que ha tenido por la Fuerza Pública.
En ese sentido, negó tener alguna responsabilidad en esos delitos y aseguró que “ningún hecho en mi gobierno podía ocultarse” y expuso que fue muy difícil creer que había ‘falsos positivos’, pero “siempre actuó a tiempo”.
Además, se abordó el tema de las ‘Convivir’ y expuso que él no fue el creador de dichos grupos, por lo que resaltó que fueron creados en una ley previa a su mandato de gobernador, y agregó que no participó en la ley que las creó.
En entrevista con EL COLOMBIANO, publicada el pasado 9 de agosto, el padre De Roux señaló que la información entregada en la versión de Uribe será analizada, estudiada y contrastada —como todas las contribuciones que ha recibido— y planteó que todo lo que se expuso será tratado con respeto.
Por su parte, el comisionado Palacios planteó que a pesar de las manifestaciones del expresidente sobre la CEV, “con el hecho de que nos haya recibido y haya manifestado que sus respuestas eran una contribución al esclarecimiento de la verdad, el expresidente está incluso reconociendo la existencia de la institución. Para mí es claro que el entregar la información es una manifestación de que se reconoce el valor de la verdad”.
Cuestionamientos del diálogo
En su lectura, la docente Horta Gaviria señaló que es fundamental contar con las diversas voces de quienes hicieron parte del conflicto para conocer la verdad de los hechos, como lo buscará la CEV en su informe, no obstante criticó que la entidad estatal fue “benévola” al disponerse frente a todas las condiciones que el expresidente puso para poder realizar este encuentro.
“Yo no creo en una paz que no considere la voz del expresidente Uribe. Negarlo o invisibilizarlo sería un arma en contra de la misma CEV. Se debe hablar con él, pero se debe entablar el diálogo con todas las voces tanto las oficiales como las de las víctimas. Creo que si bien la Comisión no ha perdido este enfoque, sí ha sido benévola con el expresidente”, apuntó.
Adriana Arboleda, vocera del Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice), expuso que la colectividad que representa considera que este encuentro no le aporta a la búsqueda de la verdad, y criticó que el mismo no se haya realizado en condiciones de amplia publicidad y participación de las víctimas.
“Creemos que las verdades que deben dar los actores de poder, entre ellos el expresidente Uribe, debe incluir, al menos, su reconocimiento de responsabilidad en las ejecuciones extrajudiciales, la parapolítica y la inteligencia ilegal del DAS. Sin decirle al país cuál ha sido su responsabilidad en estos fenómenos, no estamos ante un encuentro por la verdad”, cuestionó Arboleda.
A esta inconformidad, expresada antes del encuentro, se sumó la molestia por la revelación de Uribe, un día antes de la reunión, sobre los temas de los que se dialogaría. Ante este panorama, el padre De Roux dijo públicamente que a pesar de que algunos dijeron que deberían retirarse “consideré que no debíamos hacerlo”. En esa línea, aseguró que se mantuvo en firme a pesar de las críticas que podría generar un diálogo con quien es considerado el líder político que más se opone a lo firmado en el Acuerdo de Paz. “Hay que llegar donde las cosas son más difíciles”, apuntó.
Además de las críticas, uno de los interrogantes tras el espacio de diálogo surgió por cuenta de la propuesta de “amnistía general” que Uribe puso sobre la mesa a razón de las condenas que considera desbalanceadas frente a los beneficios brindados a los exmiembros de las Farc.
“A mí me criticaban y me decían ‘ocho años de cárcel a los paramilitares es muy poquito’. Y mis críticos tenían razón, pero lo que pasa es que por el sesgo político cuando se llegó a lo de las Farc, dijeron no hay cárcel, yo creo que eso es muy desbalanceado. Pensaría que este país necesita una amnistía general”, expuso.
Francisco Bernate, presidente del Colegio de Abogados Penalistas de Colombia, aclaró que la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) no representa una forma de amnistía para los exmiembros de las Farc, quienes pueden ser juzgados por el tribunal de paz, y resaltó que sería posible hacer una amnistía como la propone Uribe, pero se tendría que aclarar a quiénes beneficiaría.
“Las amnistías sí son viables y se tramitan a través del Congreso, con sus mayorías, pero aplican para delitos comunes como por ejemplo el robo, porte ilegal de armas de fuego, rebelión, pero no para delitos de lesa humanidad como los ‘falsos positivos’. En ese caso sería algo inviable e intervendría la Corte Penal Internacional”, dijo el abogado.
Por su parte, De Roux señaló que le gusta la idea, pero “siempre y cuando se definan con mucha claridad los asuntos para que no haya una profundización de la impunidad”.
En cuanto al resultado de la conversación con Uribe, el presidente de la CEV resaltó que se trata de un punto de vista que será sometido al escrutinio y será contrastado para estar incluido en el informe final y descartó que prevalezcan las voces oficiales. “No vamos a dejar en ningún momento los derechos de las víctimas ni dejaremos de presentar las responsabilidades políticas y sociales”, apuntó
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puntos clave de la gestión en la Presidencia expuso el exmandatario a la Comisión.
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expresidentes han hablado con la Comisión de la Verdad sobre hechos del conflicto.
5
horas aproximadamente duró la conversación entre Uribe y la Comisión de la Verdad.