La crisis financiera sigue asfixiando al sistema de salud colombiano. Esta semana la Asociación de Laboratorios Farmacéuticos de Investigación y Desarrollo (Afidro) publicó un estudio de cartera que evidencia el deterioro en sus cuentas que atraviesa la industria. Los hallazgos confirman que esta crisis repercute en todo el sistema, compromete su sostenibilidad y pone en riesgo la continuidad de tratamientos y procedimientos para millones de pacientes.
Le puede interesar: Minsalud incumplió órdenes de garantizar acceso oportuno a servicios médicos: Corte.
El informe —que fue realizado en alianza con la firma Sectorial— señala que la cartera (que son las cuentas por cobrar) de los afiliados de Afidro alcanzó los $4,6 billones a finales de 2024, lo que muestra un volumen significativo de la deuda. De este valor, el 76 % era cartera corriente (cuentas que están dentro del plazo de pago normal), $1 billón era vencida y más del 3,33 % contabilizaba más de 366 días (más de un año).
Así mismo, señala que la cartera con los gestores farmacéuticos fue de $3,1 billones y que, el 85,48 % correspondía a tecnologías financiadas con la unidad de pago por capitación (28,66 % vencida) y el 14,52% a las pagadas con presupuestos máximos (10,05 % vencida).
Vale recordar que la unidad de pago por capitación, conocida como UPC, es la plata con la que se pagan los servicios, tecnologías y medicamentos que están dentro del plan de beneficios en salud (PBS); mientras que los presupuestos máximos (PM) son los recursos que pagan esos mismos elementos que están por fuera de ese plan.
Las alertas de Afidro sobre el panorama en 2025
De acuerdo con el informe del gremio, solo en el primer trimestre de este año, la cartera de la industria alcanzó los $4,3 billones. De esa cifra, el 61,8 % corresponde a deuda corriente, es decir, de los servicios prestados en el primer trimestre del año. Así mismo, $2,7 billones corresponde a gestores farmacéuticos, que representa más del 60 % de la deuda.
Entre tanto, expresó que el mayor peso continúa estando en las tecnologías reconocidas por la UPC con un 83,7 % (del cual el 38,92 % está vencida), mientras que los PM corresponden a un 16,4 % ( del que 11,65 % está vencida). Esto, advierte el estudio, incrementa la presión financiera sobre la industria.
Los días de recuperación de cartera (es decir, cuando les pagan) de los actores pasaron de 125 días al cierre de 2023 a 154 días para el primer trimestre de 2025.
¿De dónde vienen esas deudas?
El estudio de Afidro expone que uno de los factores estructurales que explica el problema de desfinanciamiento es el insuficiente ajuste del valor de la UPC para 2025, que fue del 5,36 %.
En ese sentido, también revela que, aunque entre enero y abril se giraron $29,8 billones (un 6,29 % más que en el mismo periodo de 2024), este aumento no refleja de forma adecuada las necesidades ni las dinámicas propias del sistema de salud. Por eso, el gremio hace un llamado a garantizar un cálculo adecuado, técnico y con consenso, que permita cubrir el costo real de los servicios que requieren los ciudadanos.
Sobre esto, Alejandro Escobar de Sectorial mencionó que “estas cifras reflejan un deterioro significativo en la dinámica de pago, lo cual dificulta la planeación operativa del sector que debe seguir operando y prestando servicios pese a la creciente morosidad”.
“Hay, sin duda, una grave situación de liquidez que imposibilita a todos los que hacen parte del engranaje del sistema cubrir sus obligaciones financieras, por lo que se alimenta la desconfianza misma entre los actores. Estamos frente a una asfixia financiera que se ha convertido en el mayor obstáculo para garantizar el acceso a la salud de los pacientes y usuarios”, añadió.
Por otro lado, se halló la disminución del 5,14 % en los recursos asignados para financiar tecnologías no incluidas en la UPC, que son cubiertas con los PM. Este rubro pasó de $1,22 billones en los primeros cuatro meses de 2024 a $1,16 billones en el mismo periodo de tiempo del 2025.
“Además, una porción considerable de estos recursos se ha destinado al pago de deudas acumuladas, lo que restringe aún más la capacidad de respuesta frente a las necesidades actuales y alimenta el crecimiento de la cartera vencida”, señala el estudio.
¿Cómo se puede salir de esa crisis financiera?
Afidro propuso durante la presentación del estudio que, para mejorar la situación financiera del sistema, se deben crear mesas de trabajo con el Gobierno, aseguradoras, prestadores de salud y expertos para hallar soluciones basadas en datos actuales.
De igual manera, modernizar la metodología de cálculo de la UPC para tener en cuenta la demanda creciente, los cambios epidemiológicos y el envejecimiento poblacional; fortalecer la disponibilidad y claridad de la información financiera para una gestión más eficiente de los recursos; así como explorar nuevas fuentes de financiación como los bonos de impacto social, las asociaciones público-privadas, los seguros inclusivos, las obras por impuestos y la utilización de regalías para la inversión en salud.
El presidente de Afidro, Ignacio Gaitán, advirtió que “hacemos un llamado a retomar el diálogo entre todos los actores del sector, con el fin de construir soluciones sostenibles que estabilicen el flujo de recursos, garanticen la continuidad en los tratamientos y permitan proporcionar una adecuada atención en salud”.
“Solo a través de una acción coordinada será posible evitar una crisis mayor y proteger el derecho de los pacientes a una atención digna y oportuna”, concluyó.
Para leer más noticias sobre política, paz, salud, judicial y actualidad, visite la sección Colombia de EL COLOMBIANO.