“No es la típica película sobre seres marginales”: Clare Weiskopf, la directora de Alis

El documental se exhibió en festivales de México, Estados Unidos y Colombia.

Alis llegó a cartelera después de participar en varios festivales nacionales e internacionales. Foto: Cortesía.
En el documental los realizadores le piden a las entrevistadas que cierren los ojos e imaginen a una compañera ficticia. Eso desata la imaginación de las protagonistas. Foto: Cortesía.

Luego de una trayectoria periodística que le valió dos premios Simón Bolívar, la directora Clare Weiskopf sacudió en 2017 el circuito audiovisual colombiano con Amazona, un relato sobre las encrucijadas de la maternidad. Allí, junto a su esposo Nicolás van Hemelryck, hizo el retrato de su madre, la misma que la abandonó por irse tras un sueño. Seis años después, Weiskopf vuelve a los cines con Alis, un trabajo en el que pone el lente en las historias de adolescentes marginadas. Este documental de 84 minutos se ha fogueado en festivales nacionales y extranjeros, cosechando el premio de mejor documental iberoamericano del Festival Internacional de Cine de Guadalajara, entre otros.

EL COLOMBIANO conversó con la directora.

Su nombre está muy asociado con la película Amazona. ¿Cómo ha sido el tránsito de ese documental sobre su madre a este que se trata sobre jóvenes abandonadas?

“A Nicolás van Hemelryck y a mí nos llama mucho la atención los temas femeninos. Somos además pareja y tenemos dos hijas y tenemos una preocupación por cómo educarlas y entender ese mundo femenino. Amazona es una película que habla más que todo sobre la maternidad y lo que significa —si acaso existe— ser una buena madre. En Alis retomamos la idea del abandono —que es uno de los temas de Amazona—, pero desde otro punto de vista. En Amazona me cuestionaba qué es la maternidad y ahora me cuestiono más qué significan esas infancias rotas, las adolescencias. Ahí hay varios ingredientes: la preocupación por el mundo femenino y nuestro gusto de que las películas generen discusiones. En Amazona hablamos de temas tabú porque la mamá siempre tiene que sacrificarse y la sociedad nunca espera que las madres puedan ser más que madres y las juzga por ser más que madres. Con Alis miramos a los ojos a estas niñas invisibilizadas y entendemos que son mucho más que sus historias fracturadas. Nos gusta generar discusión”.

En Amazona el escenario es la naturaleza mientras en Alis lo es la ciudad. Hablemos de ese paso de un escenario a otro.

“En Alis no se sale a las calles, nunca se ven las calles, pero sí es un documental muy bogotano. Eso nos gusta mucho: son las jóvenes de Bogotá y todo lo que sucede en la urbe. Fue para nosotros muy importante descubrir otros escenarios también. Quisimos volver a algunas temáticas de Amazona desde otro ambiente, desde otro entorno”.

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¿Cómo llegaron a la idea de crear un personaje para que las jóvenes se proyectaran?

“En primer lugar nunca sabemos si lo que ellas dicen es verdad o mentira o si les pasó a ellas o no. Muchas veces el espectador cree que a ellas les pasó lo que relatan porque se conectaron emocionalmente. Y luego de la entrevista nos damos cuenta que es una historia de un amiga, de una conocida, y hay una verdad en lo que dicen. Hay una verdad coral. Nosotros trabajamos mucho tiempo en el desarrollo de la película, nos gusta tomarnos el tiempo para saber cómo contar nuestras historias. Hicimos muchos talleres documentales en un internado, no exactamente en el que se filmó la película. Uno de los ejercicios que le pusimos a hacer las jóvenes era que trajeran una historia escrita para la siguiente clase. Y esas historias empezaban muy lejanas, pero muy rápidamente volvían al entorno que ellas conocían. Nos dimos cuenta que la imaginación juega un papel fundamental y cuenta verdades mucho más profundas que simplemente una biografía. El método salió así: dijimos que tal si construimos este personaje ficticio. Y lo pusimos a prueba y ellas conectaron muy bien con el personaje. Alis cumple dos funciones. La posibilidad que ellas se proyecten y, al tiempo, las protege”.

En el documental los realizadores le piden a las entrevistadas que cierren los ojos e imaginen a una compañera ficticia. Eso desata la imaginación de las protagonistas. Foto: Cortesía.

Después de los festivales la película llega a las taquillas de los cines. ¿Cómo es ese paso de estas obras independientes al mercado de los grandes públicos?

“Siempre es un reto porque uno compite con películas muy comerciales. Nos ha ido muy bien, la gente ha estado muy contenta con la película. Alis no es la típica película sobre seres marginales. Nos muestra un montón de luz, de humor, de baile. Es una película profunda y entretenida. Esto ha hecho que las personas la disfruten, más allá de que haya estado en festivales. Obviamente no la podemos comparar con Avatar. Es una película que se hizo para el público. Para nosotros es importantísimo que el cine entretenga”.

¿Cuál es la opinión del trabajo de la gente que está haciendo documentales en Colombia?

“Nos salimos un poco de las típicas historias que se contaban antes. Hay propuestas muy innovadoras. El cine colombiano está cogiendo mucha fuerza y me alegra que haya muchas mujeres poderosas haciendo cine. Eso es muy importante porque genera otras miradas. Las mujeres están liderando el cine en Colombia”.