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En los últimos cuatro años ha prestado su voz a un personaje animado y ha interpretado a Maléfica, pero en lo que se ha centrado Angelina Jolie es en su carrera como directora, con su segunda película, The unbroken (Invencible), que llega a los cines, y la siguiente, By the sea, rodada y en fase de postproducción.
Ese trabajo lo ha alternado con su labor humanitaria, mientras piensa involucrarse en política, en un año en el que además se casó con Brad Pitt, con quien tiene seis hijos.
Una vida ajetreada para una de las actrices más admiradas y deseadas, que no tiene intención de bajar su ritmo de trabajo. The unbroken es una producción complicada.
En ella, Jolie cuenta la historia real de Louie Zamperini, el hombre que se iniciaba como delincuente, pero se recicló como atleta olímpico en Berlín 1936 y fue héroe de la Segunda Guerra Mundial. En esta, pasó 47 días en una barca en el océano y fue prisionero de dos campos de concentración, donde vivió casi como esclavo. Basada en el libro de Laura Hillenbrand (2010).
“Hay mucho dolor en este mundo y creo que necesitamos relatos como la historia de un hombre que encuentra el camino en la más profunda oscuridad para acabar emergiendo en la luz, relatos que nos puedan ayudar, inspirar, mostrarnos algo notable y hacernos ver la vida de forma positiva”, asegura la cineasta en las notas de producción.
Con esta película, la actriz y directora demuestra un gusto por las historias complejas y en las que el ser humano pasa por grandes sufrimientos.
Una actitud coherente con su labor como embajadora del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur).