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Obra del pionero del minimalismo, en el Mamm

La obra del artista Dan Flavin, pionero del minimalismo en el mundo, se ve en Medellín, en el Mamm.

  • Las luces fluorescentes y su reflejo en el piso hacen parte de la propuesta de Dan Flavin. FOTO jaime pérez.
    Las luces fluorescentes y su reflejo en el piso hacen parte de la propuesta de Dan Flavin. FOTO jaime pérez.
  • Lo que Pablo Mora quiere mostrar son las “realidades ruinosas y vacías”. Su trabajo se exhibirá hasta el 6 de octubre. FOTO Jaime Pérez
    Lo que Pablo Mora quiere mostrar son las “realidades ruinosas y vacías”. Su trabajo se exhibirá hasta el 6 de octubre. FOTO Jaime Pérez

Los muros del Museo de Arte Moderno de Medellín (Mamm) se “pintaron” de colores verde, rojo, azul, amarillo y blanco, utilizando luces fluorescentes. Se trata de la obra de Dan Flavin (1933-1996), reconocido como uno de los primeros autores en usar luminarias en prácticas artísticas contemporáneas y considerado como un representante del minimalismo norteamericano.

Al Mamm llegaron 18 luces de este autor, realizadas entre los 60 y 70, para hacer parte de las Salas A, B y Fundiciones. Dan Flavin. Espacio y luz, abierta hasta el 6 de octubre, promete más una experiencia inmersiva para el espectador que una visita común a un museo de arte. Es la primera vez que se ve en el país.

Un pionero

“No es el primero que las usa, pero sí el más sistemático en emplear la técnica de luces en las salas”, explica Emiliano Valdés, curador de la institución.

Flavin empezó haciendo acuarela, fotografía y collage bajo la influencia del expresionismo abstracto, un movimiento pictórico contemporáneo que surgió en EE. UU. en los años 40. Poco después, aclara Emiliano, decidió acompañar sus pinturas con luces, y finalmente se quedó con las bombillas.

En 1963 se dedicó a hacer esculturas con luces, específicamente lámparas de luz fluorescentes, las mismas que se consiguen en el comercio. Las hay en una gama de diez colores y cinco formas, una circular y cuatro rectas de diferentes longitudes.

“La luz, con sus limitaciones y posibilidades de transformación representó para Flavin un antídoto contra la pintura gestual”, se lee en el texto curatorial. Emiliano indica, a su vez, que su trabajo de producción industrial refleja la “cultura material” del momento y la prelación por el objeto, más allá que por el arte tradicional.

Por último, destaca que es relevante el rol del espacio dentro de su obra –como si fuera una “escultura”– porque, de alguna forma, este es “pintado por las luces”. Su propuesta radica en que “la luz se expande” e invita a que el espectador lea la obra bajo una óptica distinta.

“Para entenderlo es imprescindible verlo. La experiencia de ver una sala llena de luz hace que los ojos funcionen diferente y el espectador termina embebido o inundado en ella”, aclara.

La muestra de Dan Flavin fue cedida y organizada por Dia Art Foundation, su propietario, y el Mamm, con el patrocinio de Terra Foundation for American Arts, una organización dedicada a fomentar la exploración, el entendimiento y el disfrute de las artes visuales de Estados Unidos.

En el altar

Al igual que en cada ciclo expositivo también el Lab3 tiene un artista invitado. Esta vez fue la bogotana Beatriz Eugenia Díaz (1965), quien propone una metáfora bíblica sobre el Paraíso y la extinción. “Tenemos la nostalgia de que los humanos se van a extinguir y sentimos que estamos ante el fin del Paraíso”, explica Díaz.

Su instalación ocupa un cuarto iluminado cubierto con grama sintética verde, “simulando una naturaleza muerta”. El ambiente está rodeado de sonidos ambientales que surgen de un “altar”, como le llama a un tornamesa o tocadiscos que reproduce algunos sonidos.

“Le puse tres bancas como de iglesia, porque veo esta pieza como un templo, con gente mirando hacia el altar”.

Un tránsito lumínico

Pablo Mora, artista visual de Medellín, hará parte del Programa C con una instalación en una sala a media luz que incluye ocho torres verticales de metal desarrolladas con viejos archivadores y un filme de fondo. “Son símbolos sociales que se crearon a partir del desgaste y la ruina de la sociedad”, según su curador Conrado Uribe.

Añade que esta obra es un proceso claro, contundente y pertinente con la realidad colombiana: “Habla de la memoria, el fracaso, el poder, la temporalidad de las existencias y del desastre”.

Según Conrado, la intención del autor es contar cómo se pasa de la luz a la oscuridad y viceversa, con el objetivo de comprender que el hombre realmente no sabe hacia dónde se dirige y que desconoce si algo ilumanará su camino.

Las estructuras monumentales de color oscuro que acompañan la obra simbolizan la burocracia. Son tótems de 2.60 metros que superan la escala humana, que “evocan edificios en proceso de degradación, la ausencia actual de horizontes ideológicos, el vacío y la fragilidad estructural de las instituciones”, según un comunicado del Mamm. Conrado indica que, efectivamente, este artista “invita a cuestionar cómo se vive en este mundo”.

Estas exposiciones, más la de Iván Hurtado (ver recuadro), se inaugurarán esta tarde a las 6:30 p.m.

Esta es una invitación a ver varias muestras que “pintan con la luz”, sean con videoproyecciones, acrílicos o luces.

Sus propuestas están alejadas de las convenciones tradicionales (pintura, escultura) actuales y se enmarcan en las llamadas prácticas expandidas del arte n

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lámparas incandescentes de Dan Flavin están en tres salones del Mamm.
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