El maestro instaló basaltos (rocas volcánicas con formas especiales) cuyas geometrías tienen forma de lápices que miran el cielo. Se inspiró en el sentido colectivo de la alma mater.
Oriente es un cúmulo de 215 pórfidos (rocas compactas y duras) en homenaje a los años que tiene la Universidad de Antioquia. Cada uno mide entre 120 y 150 centímetros y están instalados en un “espejo de agua” de diez metros de diámetro en granito negro.
El escultor fue influenciado por los incas, quienes hacían espejos estelares a partir de rocas de granito. En ellos se asomaban a ver las estrellas para determinar las épocas de lluvia y, por tanto, cuándo podían sembrar.
“El conjunto de piedras son como personas que miran el cielo y se asientan sobre un espejo de agua. Es una idea de grupo, de aglomeración y de gente”, explicó el maestro en un comunicado difundido por la institución.
Las piedras para la obra fueron sacadas de un terreno cercano a Cerro Tusa, en Venecia (Antioquia), aunque hay yacimientos en otras partes del mundo.
Según el rector de la Universidad, John Jairo Arboleda Céspedes, es una iniciativa que se suma a otras grandes obras a cielo abierto que tiene el Campus, como el mural de Pedro Nel Gómez o la escultura de Rodrigo Arenas Betancourt. “Fue importante que se sumaron los recursos de la empresa privada, en este caso Argos, y el Gobierno departamental a través de su Secretaría de Cultura”, señala.
Cerca de 100 obras ubicadas en el Campus Universitario, sedes y seccionales de la Universidad de Antioquia constituyen el Museo Abierto, con el que la institución busca crear una conciencia cultural por el arte.
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