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Julio Ruiz Pereira, un hacedor de santos

  • Julio Ruiz Pereira hace y repara imágenes religiosas. Tiene su taller en Envigado. FOTO Edwin bustamante.
    Julio Ruiz Pereira hace y repara imágenes religiosas. Tiene su taller en Envigado. FOTO Edwin bustamante.
16 de abril de 2022
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La sala de la casa de Julio Ruiz Pereira –Calle de la Basura, ahora conocida con el número 40 sur, de Envigado– es un taller de escultura: hay bustos de apóstoles a medio hacer, un Cristo de rostro tenso por el dolor de los azotes, una imagen en reparación de la Virgen de Guadalupe. La luz entra por una ventana enorme y una puerta que dan a la calle. Julio –delgado, de manos largas y aretes en ambas orejas– descubrió pronto sus destrezas: en la niñez fue monaguillo del padre Eduardo Toro, artista y arquitecto encargado de la construcción de varias parroquias, entre ellas la de Santa Bárbara de Ayurá y la Santa Cruz de Alcalá. “El me metió en el mundo artístico, me dio la sensibilidad artística: lo visitaba en su taller y lo veía trabajando. Él me enseñó, pero él no sabe que me enseñó. Solamente, me explicaba lo que hacía y yo lo asimilaba y lo aplicaba a mis trabajos, que yo los hacía aquí en mi casa”, dice Julio. El arte es así: sopla cuando y donde quiere.

En la escultura, Julio –diseñador gráfico de la UPB– es autodidacta. Hizo un curso en la Débora Arango, pero la suya ha sido la escuela de mirar los estilos de nombres consagrados por la tradición y de estudiar la complejidad de la anatomía humana. El arte religioso –sin duda– es una veta de grande riqueza. El misterio de la trascendencia ha inspirado a todo tipo de pinceles y escritores. A Julio lo conmueve pensar en el fervor que alguna imagen hecha en su taller produce en los devotos. Ha moldeado y esculpido cuatro Cristos, dos san Juanes, varios centuriones romanos, una María Magdalena, un Judas Iscariote, un José de Arimatea. Si las obras tienen un tamaño normal –el de la estatura promedio colombiana– pueden valer entre cinco y diez millones de pesos. La diferencia la marca si se trata de un encargo exclusivo o de si es una reproducción.

En una ocasión, un sacerdote le encargó una imagen con el expreso pedido de que las faciones del santo fueran las de él. De esa manera, en algún templo de Antioquia lo devotos le rezan a un santo que si se detienen a mirar se darán cuenta que es muy parecido al presbitero que preside la misa y los rituales católicos.

A pesar de que ha sido su campo de expresión, Julio no quiere restringir su trabajo a la hechura de santos e imágenes religiosas. Tiene muy en boceto la idea de incursionar en la escultura de personajes históricos. “Me gustaría explorar otros campos de la escultura. Ahora que estoy con la parte anatómica, me he dado cuenta de que hay muchas alternativas. Las estatuas griegas representan no solamente dioses, sino también representan la belleza del cuerpo humano”. Quiere, por ejemplo, hacer una escultura del varias veces gobernador de Antioquia Marceliano Vélez para adornar el parque principal de Envigado.

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