Caminar por el Jardín Botánico, cualquier día y a cualquier hora de esta Fiesta del libro y la Cultura, fue tan interminable como los 184.000 metros cuadrados que tuvo este año la celebración en torno a los libros (se incluyó el Planetario de Medellín y el Parque Explora).
Que si los estands de los textos leídos, los de las librerías, las promociones, las editoriales independientes, las universitarias. Que si entrar a la casita de Chile, meterse al espacio del cómic y la ilustración, al Jardín de lectura viva con los niños o quizás a una o más charlas repartidas por todo el lugar.
Hubo quien llevara, lista en mano, sus deseos de próximas lecturas; otros de dejaron sorprender, de repente, por un libro que desconocían. También sobrevino un voz a voz, de quien caminó por los corredores verdes y las carpas de este jardín y recomendó a otro algún espacio, texto o actividad.
Pasó gente que la recorrió en un día, otros que la caminaron dos y hasta tres veces en la semana. Unos que se sentaron a la sombra de un árbol a descansar para luego seguir el camino. Este año hasta se escucharon idiomas diferentes, bastantes turistas se pasearon por el orquideorama, a más de uno se le vio la cara de sorpresa con el espacio tan lleno de libros y de próximos lectores.
Así transcurrieron 10 días en la “ciudad del libro”, en palabras de Lina Botero Villa, secretaria de Cultura Ciudadana, quien invitó al inicio del evento a mantener el asombro, agudizar los sentidos y abrir la mente y el corazón a cada experiencia.