Pico y Placa Medellín

viernes

0 y 6 

0 y 6

Pico y Placa Medellín

jueves

1 y 7 

1 y 7

Pico y Placa Medellín

miercoles

5 y 9 

5 y 9

Pico y Placa Medellín

martes

2 y 8  

2 y 8

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

3 y 4  

3 y 4

Conocer a un artista desconocido a través de un libro

La obra del pintor barranquillero Manolo Vellojín se muestra en un libro de arte que quiere hacerle un homenaje.

  • El libro fue publicado por ediciones Gamma y lanzado en Barranquilla. La publicación recoge la más grande muestra de las composiciones abstractas y geométricas de Manolo Vellojín. FOTO Cortesía
    El libro fue publicado por ediciones Gamma y lanzado en Barranquilla. La publicación recoge la más grande muestra de las composiciones abstractas y geométricas de Manolo Vellojín. FOTO Cortesía
18 de diciembre de 2018
bookmark

Su estudio era como su obra: coleccionaba cerámicas y las disponía perfectamente alineadas sobre cómodas y mesones. Sus pinceles y brochas parecían piezas de exhibición. Decía que no dejaba absolutamente nada al azar. Nunca quiso vender sus pinturas porque para él era como si vendiera un hijo. Así forjó su obra, casi de manera obsesiva.

La producción del artista Manolo Vellojín (Barranquilla, 1942–2013) acaba de ser compilada en la colección de libros de arte de Davivienda, en la serie dedicada a los grandes maestros del arte colombiano.

La editora Carolina Zuluaga afirma que la propuesta puede llegar a tener el 90 % de sus piezas, cuya primera exposición individual se hizo en 1969, en Bogotá.

Ella ubica su forma y estilo junto a los modernos Ana Mercedes Hoyos y Eduardo Ramírez Villamizar: entre el arte abstracto y el geométrico. Ahora se le reconoce como un exponente de estos formatos. “También experimentó con otros formatos como la fotografía instantánea o la escultura, pero no es el grueso de su obra”, explica Carolina.

El artista

Aunque no era practicante de ningún credo, a Manolo lo marcaron los rituales católicos. “Él creía que las religiones eran un camino hacia el espíritu, esa energía que mueve al ser humano para crear”, señala el curador y crítico Eduardo Serrano.

Para el investigador, la producción de Manolo nunca estuvo de moda porque nunca se preocupó por seguir una tendencia y porque “se moría antes de ser lagarto”, solía decir el artista.

Carolina Zuluaga, quien ya ha dirigido varias publicaciones de esta colección, comenta que no es un artista muy reconocido. “Tuvo una personalidad muy reacia hacia exponer y sobre todo a vender su obra, eso hizo que en parte no se conociera mucho. Tampoco le gustaba hacer relaciones públicas”.

La única galería en la que expuso fue en la de su amigo Alonso Garcés, en Bogotá. “$ 5.000 dólares por mi obra... Eso no vale ni un vestido de puta en Miami”, contó Alonso Garcés en un artículo de la revista Semana publicado el año pasado.

El hombre

Eduardo Serrano lo describe como una persona solitaria y de fuerte temperamento. “Así como era de riguroso en su pintura también lo fue en su vida: no se le podía mover un cuadro o un libro”, explica.

El curador escribió un texto para este volumen sobre la obra de Manolo. Eice que ha sido el más difícil que ha escrito en su carrera, que incluye 26 libros sobre arte.

“Vellojín no se presta para echar cháchara. Las líneas se cambian levemente a la izquierda o el rojo cambia por el dorado. Pero no más. Son cambios sumamente leves”, comenta el experto.

Sus figuras eran las mismas: cuadros, líneas, cruces, bordes. Pocas variaciones había en su obra, siempre obsesionada por la perfección, concluyen los expertos.

Alguna vez, antes de morir, le escribió a una amiga cercana: “Yo nunca he pintado una mentira”. Una verdad con la que construyó su obra.

El empleo que buscas
está a un clic

Nuestros portales

Club intelecto

Club intelecto
Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD