<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=378526515676058&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">
x
language COL arrow_drop_down

De reyes y divas: esos que mueven el pop

  • Beyoncé inició su carrera con el grupo Destiny’s Child y posteriormente se catapultó como una de las estrellas del pop a nivel mundial. Foto: Colprensa
    Beyoncé inició su carrera con el grupo Destiny’s Child y posteriormente se catapultó como una de las estrellas del pop a nivel mundial. Foto: Colprensa
26 de marzo de 2019
bookmark

Se han hecho muchos intentos por definir lo que es la música pop, pero es un debate que cada tanto se aviva: ¿es solo un género?, ¿es una fórmula mágica que lleva al éxito comercial?, ¿qué es eso que llega a los oídos y parece quedarse pegado en la cabeza? Viene del término “popular” y la idea de la música de masas. Ha estado rondando por ahí desde que se publicaban temas en los últimos años del Siglo XIX, cuenta Charlie Harding, compositor, periodista musical y creador del podcast estadounidense Switched on Pop. “Pero, realmente, despegó con el desarrollo de la radio, sus íconos y los del género se volvían sinónimos”.

Antes de que llegaran figuras como Madonna, hubo muchas otras mujeres que impactaron con fuerza la cultura de su época. Estaban Aretha Franklin o Tina Turner, y antes de ellas, en el lado masculino, figuraban artistas como Frank Sinatra: “Él fue el primer crooner, cantante romántico, que conquistó mil toneladas de adolescentes en su momento”, cuenta Gabriel Posada, periodista musical y locutor.

También encajarían ahí grupos como The Beatles o Jackson 5, que eran seguidos por millones de personas y referentes de una época, símbolos casi innegables de un momento en la historia. De acuerdo con Harding, hay tres factores que a grandes rasgos cambian continuamente el significado del pop: primero los medios y la tecnología. Es decir, la manera cómo se distribuye, cómo llega a los oídos de la gente y de qué manera los artistas logran conectarse con sus audiencias. “Es imposible separar su desarrollo con el de la economía y el de la tecnología de la producción, el intercambio y el consumo de esa música”, explica el profesor de sociología Chris Rojek en su libro Pop Music, Pop Culture.

El segundo son las normas culturales que rodean una época y sobre el cual cantan los artistas. Y no es posible definir un solo mensaje unificado, pero desde el panorama norteamericano ha habido emisarios de la defensa de los derechos Lgbti, por ejemplo, con himnos como Born This Way de Lady Gaga. Finalmente, lo que define qué sucede en ese frente musical, para Harding, es el sonido, lo que pasa con la música en sí misma. Una serie de sonidos que se empiezan a pegar, resultan en una transformación a lo que se venía escuchando.

Dios salve a la reina

El surgimiento de MTV es uno de los pilares para la consagración del pop como género y de su realeza en los ochenta. El canal que transmitió los primeros videos musicales, desde 1981, puso en las pantallas de la televisión a los protagonistas de la música y, por consiguiente, los posicionó en los oídos de los televidentes.

“La estética de artistas fundamentales como Michael Jackson, Prince, Madonna y Cyndi Lauper y el fenómeno de MTV trajo como consecuencia el género como tal”, afirma Posada, uno más alegre que la balada tradicional y con toques “discotequeros”. Madonna, con su extravagancia, estuvo bajo el ojo del público debido a sus apariciones en MTV. “La llamaron la reina del pop porque a partir de los premios de 1984 puso a todo el mundo a hablar”, insiste Posada, pero esa denominación fue algo que se desarrolló con el tiempo.

“Ella empujaba límites de los tabúes de la sexualidad siendo una católica y también extremadamente abierta frente al sexo”, cuenta Harding. Se convirtió en la reina del público e incluso si alguien no había escuchado su música, probablemente conocía quién era porque creó un espectáculo alrededor de su persona. “Y claro, no hubiera funcionado de no ser por sus canciones”, señala el podcaster.

Se unirían a esa realeza Michael Jackson y Prince, que además de crear un estilo propio, le abrieron la puerta a otros artistas afrodescendientes a canales como MTV y tuvieron grandes éxitos en ventas. Al día de hoy, Jackson tiene el álbum más vendido de la historia, Thriller, con más de 47 millones de copias. Posteriormente llegaría

Britney Spears, la princesa, pero con el pasar del tiempo se han abierto nuevos nichos, los medios han cambiado y la audiencia se ha diversificado, abriendo paso a nuevas voces.

Entre divas y estrellas

Además de la realeza, sería conveniente aclarar dos términos: divas y estrellas. Hay un montón de artistas reconocidos por su desempeño, pero ese concepto de estrella es muy distinto al de diva. Aunque puede haber artistas que encajen en ambos grupos. “Diva aplica de manera más apropiada en el pop a alguien que es una acróbata vocal”, comenta el compositor estadounidense sobre alguien que es muy hábil con su voz.

La palabra originalmente viene del latín y significa “diosa”, la que desafía la muerte. También se ha usado como una metáfora para hablar del status de fama y éxito, “pero

cuando digo diva pienso en una persona que utiliza movimientos melódicos extendidos de la parte superior de su rango vocal”, es decir, un cantante (porque ahí también pueden encajar hombres) con habilidades extraordinarias y superiores. Eso remite en la actualidad a nombres como Mariah Carey, Beyoncé, Whitney Houston, Adele e incluso Lady Gaga, quien ha demostrado sus capacidades vocales además de sus cualidades artísticas sobre los escenarios y en la conceptualización de sus discos.

El concepto de estrella se pega más de la fama y de un modelo comercial: el star system (sistema de estrellas), como lo explicaba el musicólogo Simon Frith en la publicación The Cambridge Companion to Pop and Rock en 2001. “Las estrellas pueden ser definidas como músicos cuyos éxitos pasados en ventas garantizan sus futuras ganancias”, escribe Frith. Podría decirse que son las cartas que las disqueras juegan a la segura porque son las que traen ganancias.

Y al final, es espectáculo

Puede que quizá ya no sea como en la época de Madonna o Britney, quienes compartieron un beso en una de las ceremonias de premiación de los VMA’s (también de MTV). Ahora pareciera como si no hubiera nadie tan escandaloso o tan irreverente, pero “todo sigue siendo un espectáculo” y no es un misterio: detrás hay un enfoque comercial. Pero vivir de que la gente escuche tu música es difícil, si no es que imposible, de acuerdo con Harding. “Tienes que tener millones de streams (reproducciones) de tus canciones para poder vivir de eso”, cuenta.

Claro, hay quienes lo logran, como es el caso del rapero canadiense Drake, quien tuvo la mayor cantidad de streams en Spotify en 2018, y quien ya había alcanzado ese récord dos veces antes en 2015 y 2016. Por el lado femenino, uno de los casos destacados más recientes es el de Ariana Grande. Además de ser una

vocalista muy potente y de conseguir ser la artista femenina más escuchada de 2018 en Spotify, en febrero ocupó los primeros tres lugares de la lista Hot 100 de Billboard, una hazaña que nadie lograba desde The Beatles.

Adicionalmente, se consagró hace poco como la reina de Instagram, superando a Selena Gómez. Este hecho es importante porque el público ya no se guía únicamente por lo que le sugiere la radio, un canal de televisión o la prensa: las redes sociales son el medio. “Ahora se genera ruido para llamar la atención”, dice Posada. Por ende, ya la noticia no es lo que hizo o dejó de hacer Ariana, la noticia es Ariana. Ella publicó dos álbumes en cuestión de meses: Sweetener y thank u, next.

“La gente quiere tener acceso a la vida de estos artistas y en las letras ella habla abiertamente de sus exnovios, por ejemplo. Es como leer un diario”, añade Harding. La cuestión es que, para expertos como ellos, todo es una puesta en escena por más sinceras que sean las composiciones. Su trabajo, que habla de una manera tan personal, como ha sido igual el de Taylor Swift, es colaborativo, es la creación de varias personas.

Y así como en un año Rihanna puede estar en la cima de las listas o del streaming, al siguiente puede ser Beyoncé, Adele, Sia, Katy Perry o Dua Lipa, así que consolidar una sola reina o rey se hace más complejo. Su música se transforma todo el tiempo, le apunta a nichos concretos, no necesita necesariamente de los medios y coquetea con otros géneros.

Ha cambiado mucho el pop desde la época de la realeza, así que en últimas, la misma definición varía: “¿qué es? Eso lo define la audiencia”, finaliza Posada. “Los servicios de streaming llegaron a una conclusión sobre el tema: la música ya no lo define a uno. Hoy en día, la gente define, en masa, lo que es”.

Te puede interesar

El empleo que busca está a un clic

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD