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Frescura, sentimiento y madurez: claves del concierto de Santiago Cruz en Medellín
Presentó su más reciente disco Nueve que tiene como eje central la gestión de los recuerdos. Su show pasó por el corazón de los asistentes (y en el suyo propio) como para que siempre quede en la memoria.
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Santiago Cruz se presentó en el Teatro de la Universidad de Medellín el sábado 6 de mayo. FOTO Cortesía Gabo Gómez
07 de mayo de 2023
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La relación del cantautor ibaguereño Santiago Cruz con Medellín es de vieja data y se ha dado con mutuo afecto. Por eso las gradas del Teatro de la Universidad de Medellín estaban llenas para escucharlo cantar los éxitos que ya acumula en cerca de 20 años de carrera.
Justo en esta gira que lo trajo a la ciudad, Después de la tormenta tour, Santiago recordó cómo hace dos décadas cantó en un restaurante del parque Lleras frente a una audiencia de no más de 30 personas y desde ese momento, así hubiera poca gente, sintió el espaldarazo del exigente público antioqueño.
El espectáculo empezó a las 8:20 p.m. (antes se presentaron @sabisatizabal y @natimedinamusic, caras nuevas de la música colombiana) y como lo había contado en el pódcast El arranque especial de EL COLOMBIANO, hace un mes, se trataba del show más ambicioso de su carrera: trajo una banda de 6 talentosos músicos, tecnológicamente la música jugaba con tres pantallas gigantes en la parte de atrás y videos que cambiaban en cada canción, todo eso exigía un sonido impecable para poder interpretar de la mejor manera las 26 canciones que componían el set list.
“Que alegría estar de regreso, buenas noches Medellín de mi vida (...) Bienvenidos a esta noche, mi nombre es Santiago Cruz, ibaguereño, tolimense, colombiano y siempre, siempre, siempre, un enamorado perdido de la ciudad de Medellín”, dijo al iniciar el show.
Nueve, su más reciente álbum, era el protagonista de la noche. El noveno disco de su carrera, que se lanzó en febrero de este año, contiene nueve canciones y en una movida decidida y audaz, Santiago Cruz interpretó en el show todas las canciones que lo contienen —marcándolas con una estrella de nueve puntas en la pantalla— bajo la atenta escucha del público que ya se sabía los primeros sencillos Después de la tormenta, Casi, Porque yo te quise y El Gran Teatro.
Pero también hubo canciones que sorprendieron por sus letras profundas y sentidas como las de 1.200 kilómetros, La canción para el fin del mundo o Hay una grieta en el cielo, justo esa melodía se convirtió en uno de los momentos más emotivos de la noche, una canción de duelo que hizo que los asistentes le dedicaran unos minutos a esas personas que ya no están a su lado porque fallecieron, encendieran la linterna de su celular y los trajeran al presente con su recuerdo.
Es que específicamente este nuevo trabajo de Santiago Cruz habla sobre la gestión de los recuerdos, qué hace que en la memoria se queden solo algunos momentos de nuestras vidas y otros se pierdan para siempre, qué hace que algunos se carguen como un lastre.
El artista, de 47 años, salió vestido de negro total, con pantalón, camiseta, zapatos y chaleco, un toque de color con una pañoleta anudada a su cuello y el ya característico sombrero (también negro) que al final se quitó (en parte por el calor que se siente por estos días en Medellín y del que también hizo mención).
Santiago está feliz en sus 47, dice sentirse muy cómodo y queriendo ejercer la edad que tiene y eso se le notó en en escenario. Un artista muy fresco, maduro, sensato en sus apreciaciones y emocionado.
Además de sus nuevas canciones no podían faltar temas exitosos como 6:00 a.m., Cuando regreses, Y si te quedas, ¿qué?, En tus zapatos o Desde Lejos y hasta hubo tiempo para lo que denominó como “un mosaico de autoayuda”, con melodías como Tiempos mejores, Estar vivos y Contar Hasta 3 (O Hasta 10).
El público, bastante efusivo, le hizo saber que llevaba rato esperando verlo de nuevo. Había gente de todas las edades, desde una niña de ocho años que nos respondió que sí, con emoción en su mirada, a la pregunta de si este era el primer concierto al que asistía, hasta dos abuelas que recibían instrucciones de sus nietas a la hora de manejar el celular, “tengo mi nieta abajo y me está diciendo que le baje el volumen”, dijo una de ellas cuando su ringtone de mariachi sonó antes del show. También había público de México y Panamá, que llegaron a Medellín para ver este concierto.
Santiago Cruz no dejó de sonreír, tampoco de conversar con los asistentes, tenía varias guitarras que intercambiaba entre canciones y siempre se quedó de negro, al final salió sin chaleco ni pañoleta, pero con la camiseta que alude a su nuevo disco y el número 9 —muy simbólico en la presentación— marcado en la parte de atrás.
Hubo tiempo para el “otra, otra, otra”, un par de canciones más y el concierto terminó dos horas y 20 minutos después con la famosa Baja la Guardia, interpretada al unísono por todo el teatro con la complacencia del artista.
Una noche inolvidable para los asistentes y para Santiago Cruz.
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