Cuando era el momento para que Karol G se presentara sobre el escenario durante la pasada entrega de los Latin Grammy en Las Vegas, uno de los factores que se destacó de su presentación fue que estaba rodeada de mujeres: bailarinas y músicos en escena acompañaban a la ganadora a Mejor Nuevo Artista.
En una entrevista para EL COLOMBIANO, Karol G señaló que no se trataba de feminismo. Simplemente recuerda lo difícil que fue para ella entrar en la industria, así que se hizo la promesa de poder ayudarle a otras y emplearlas si podía.
El caso de Sus, su guitarrista y directora musical en vivo, es uno de esos en los que la música guía. “Cuando descubrí la guitarra fue como encontrar la seguridad de mi vida”, comenta ella.
Tenía unos 12 años, aún era Susana y no Sus, y era una niña tímida y callada. Cuando se topó con la guitarra todo empezó a cambiar y sintió como si el instrumento hubiera estado esperando una cita desde hace muchos años.
En el colegio se le atravesaban notas musicales por la cabeza o una que otra canción. Las amiguitas la conocían por ser la niña que en los descansos prefería la compañía de las partituras que estar en el parque.
No abandonó su instrumento y aunque en aquella época no pensaba que se dedicaría a eso de manera profesional, ahora ya no hay campo para la timidez, menos cuando se presenta en escenarios frente a miles de personas.
Estudió guitarra jazz en la Universidad Eafit, era la guitarrista principal de uno de los lugares de rumba más grandes de Medellín, se sentía cómoda y feliz, pero quería retarse más.
Se ganó una beca para estudiar en The Collective School of Music of New York y desde hace un año se despegó de su familia y su ciudad para probar su talento y su talante. Según ella, “si uno es muy bueno en Medellín, uno llega a Nueva York y es uno entre el montón”. Se ha esmerado por ser de las mejores.