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Con más de 100 años de oír tango en Medellín, resulta coherente que su baile sea de gran altura. Ahora, cuando comienza el XII Festival Internacional de Tango, es momento de recordar que esta música vive en el gusto medellinense desde finales del siglo XIX.
Como lo explican estudiosos de la canción ciudadana y de las costumbres de la capital antioqueña, como Jaime Jaramillo Panesso y Juan José Hoyos, el tango no se quedó pegado en Medellín porque aquí hubiera muerto el Morocho del Abasto, Carlos Gardel, sino que aquí se escuchaba, paralelamente con bambucos y otros aires andinos, desde finales del siglo XIX.
O, como lo sintetiza el director de la Academia El Candombe, el bailarín Jhonny Blandón: Gardel venía a Medellín, precisamente, porque en esta ciudad gustaba el tango.
Y en cuanto a que el baile también es de gran nivel, lo asegura Viviana Jaramillo Marulanda, directora Ejecutiva de A Puro Tango.
“Por mi experiencia, sé que en nuestra ciudad ha habido grandes bailarines desde hace muchísimo tiempo”.
Por ejemplo, sus abuelos, Tiberio Marulanda y Anadelfa Mier, bailaban este género de manera profesional y hasta llegaron a recibir galardones por su talento.
Y cree que, actualmente, los bailarines se preocupan por mejorar día a día, por capacitarse, por crecer. Y no solamente en nuestra ciudad, sino en otras de Colombia.
Y como prueba de la veracidad de este argumento, menciona que en el país hay varios campeones mundiales: una pareja caleña conformada por Diana Giraldo Rivera y Carlos Paredes Ángel, que ganaron en 2016, en la modalidad de “Escenario”; otra conformada por un paisa y una caleña, en la modalidad de “Pista o Salón”, entre otros.
La entidad que dirige fue fundada en 2002. Ella recuerda que, al principio, la gente quería ir a Argentina, Meca del Tango, a aprender el baile, pero, andando los tiempos, se ha dado cuenta de que en Medellín hay gran producción de bailarines.
A diferencia de ese país del Sur del continente, destaca que en nuestro medio abundan los niños bailarines de tango. En el baile profesional, la fortaleza es en la modalidad grupal. “Nuestro fuerte son los espectáculos de grupo, las coreografías colectivas”.
Che Tango Internacional, El Candombe, Apus Tango, El Balcón de los Artistas, Unión Latina, Gotango son algunos grupos en Medellín, además de A Puro Tango.
Ese otro concepto, el baile social, el que practica la gente en casas, bares o salones, va en ascenso. Las escuelas han entendido la importancia de dictar cursos, para que la gente pase de disfrutar el tango con los oídos, oyendo canciones y música, y los ojos, gozando de los espectáculos de baile, a la acción.
“Al entrar al tango, se ingresa a un mundo, con sus términos y costumbres —dice Viviana—. En Medellín cada vez hay más milongas”.
Explica que la milonga, además del género musical rioplatense, también es el punto de encuentro para bailar tango.
Solamente las de A Puro Tango son Practimilonga, los jueves; La Más Pulenta (o sea, la superior), dirigida por Mauricio Galarzo desde hace 11 años, el primer viernes del mes; La Dominguera, el tercer domingo; Alas de Tango, cada dos meses; la Recopada, el tercer viernes.
En El Patio del Tango, los miércoles; la Milonga Playera, en el Teatro Pablo Tobón Uribe, el primero domingo; la Milonga Pasional, en la discoteca Palco, de Barrio Colombia, los lunes.
Los asistentes aprenden que suenan tandas de tres piezas, que se baila sin cambiar de pareja. Después viene una cortina musical para descansar y volver a empezar.
Lunes 18 de Junio