Aunque para el técnico Juan Manuel Lillo las palabras éxito y fracaso no existen en su lenguaje, como lo manifestó en la rueda de prensa después de la eliminación de Nacional a manos de Patriotas en la Copa Águila, este hecho debe merecer toda su atención.
El equipo verde quedó al margen del torneo en el que ostentaba el título, perdió con un rival de menor nómina y recorrido, y suma tres partidos consecutivos sin triunfos.
Las críticas negativas que se habían empezado a alejar gracias al buen trabajo táctico del equipo, especialmente con la victoria 4-0 sobre Alianza Petrolera en la que por primera vez ganó por más de tres goles, volvieron a aparecer y con fuerza.
La afición confiaba en que esa tenencia de balón, muy superior a los rivales como sucedió frente al Medellín e inclusive ante Patriotas, se transformara en anotaciones y contundencia. Sin embargo, con los rojos perdió 1-0 y con los boyacenses igualó 1-1.
Afirmaciones como la del lector Marangón, recogen el sentir de muchos hinchas: “Nacional: posesión insulsa, repetitivo, predecible, lento en las transiciones, vulnerable al contragolpe...”.
Además de los señalamientos a la parte técnica, los jugadores tienen gran responsabilidad. Valores con experiencias como Macnelly Torres, Dayro Moreno, Luis C. Ruiz, Aldo Ramírez, entre otros, deben reaccionar. El miércoles, manifestó Lillo, faltó reposo, paciencia y tranquilidad.
El entrenador es consciente de que este club está para ganarlo todo y traspiés como este empiezan a incomodarlo.