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Fabián Puerta confirma que, tras arribar de Toronto, Canadá, su mente llegó más fortalecida. Viajó cargado de motivación para obtener la medalla de oro en la velocidad del torneo de pista de los Juegos Panamericanos; sin embargo, terminó octavo.
Tuvo desazón, no lo niega. Afirma que se preparó bien para ganar, pero destaca que no se desesperó, guardó reposo y se llenó de valor para buscar el anhelado triunfo 24 horas después en una modalidad en la que también ha dejado huella en el ámbito mundial, el keirin.
Y lo hizo. Triunfó en un final de infarto para retener el título continental logrado en Guadalajara, México, cuatro años atrás.
“Lo más duro para volver al podio fue sobreponerme a la eliminación de la velocidad. Estaba muy fuerte, me había preparado bien”, confiesa el antioqueño, quien afirma que le pudo dar una nueva alegría al país por el deseo que tiene de ser siempre el mejor.
“Mi fortaleza es la verraquera, las ganas de salir siempre adelante y vencer las adversidades”. Así lo demostró el corredor que en febrero pasado, durante el Mundial de Francia, tuvo un severo accidente que lo dejó inconsciente en el escenario, haciendo pensar lo peor.
Contra la adversidad
A pesar de estar en reposo y sin montar en bicicleta por más de un mes, volvió a las pistas sediento de triunfo, lo cual evidenció en Toronto.
“El accidente de Francia me dejó un aprendizaje: no siempre se gana, de una caída no está libre nadie”.
Con una nueva medalla de oro en su hogar, y que brilla entre las decenas que acumula, Fabián asegura que seguirá enfocado en llegar más lejos, ya que su objetivo es “ser campeón mundial y medallista olímpico”.
“Mi mentalidad siempre está apuntando a hacer grandes cosas”, señala el nacido hace 24 años en Caldas.
“Tenemos que seguir trabajando más fuerte para conseguir el primer objetivo que es clasificar a Río-2016”, dice con entusiasmo Fabián, quien irradia alegría, el valor que, según él, lo caracteriza. Con pedalazos seguros, seguirá cultivando para engrandecer su nombre y el del país.