viernes
3 y 2
3 y 2
Contundencia
y volumen de juego, aspectos a trabajar durante estos días.
Momentum, un concepto usado en la física, que hace referencia a la cantidad de movimiento que transfiere un objeto, es la palabra que escoge Octavio Zambrano para ilustrar el presente de su equipo tras el empate ante Cali y la victoria contra Águilas, y lo que habría significado poder mantener ese impulso competitivo ante Nacional ahora que el engranaje del elenco antioqueño ha comenzado a armonizar.
De manera que en ese obligado receso que tuvo el cuadro rojo el fin de semana y en estos días que tiene por delante previa al compromiso contra Santa Fe, el técnico ecuatoriano tendrá que mantener encendida esa chispa de confianza que se prendió al interior del grupo.
Prácticas de fútbol con alta intensidad será, seguramente, el reemplazante de la competencia oficial para mantener “la curva ascendente” física y táctica que señala Zambrano en el balance que hace de las últimas dos semanas del plantel escarlata.
Ya en lo específico, Medellín deberá seguir puliendo su elaboración en el mediocampo, pues ante la negativa tajante del cuerpo técnico de practicar un estilo más directo, que requiera menos pases para llegar al arco rival, es imperativo encontrar la dinámica que por momentos mostro ante Rionegro Águilas.
“El ritmo ya lo encontramos. Ahora hay que alimentarlo, ser más contundentes en el último tercio del campo y tener mayor volumen de juego”, detalla Zambrano.
En ese aspecto será crucial la evolución física que siga mostrando William Arboleda en los próximos días, y con esta logre mantenerse en el terreno de juego más de 70 minutos. Y es que, como lo señaló Andrés Ricaurte, tras el juego ante Águilas, Arboleda le ofrece un recurso diferente al DIM en construcción de juego.
Zambrano y los líderes del grupo, como David González y Germán Cano, deberán también ir fortaleciendo el componente mental del grupo que, según Cano “aún necesita seguir creciendo y creyendo en lo que tiene para ofrecer cada uno en función del equipo”. Es, en definitiva, una semana para “sacarle jugo”.
Soy periodista porque es la forma que encontré para enseñarle a mi hija que todos los días hay historias que valen la pena escuchar y contar.