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“Ahora todo cambió para bien”: Mafla

El futbolista disfruta de su buen momento con Nacional. Habla de las metas que tiene por cumplir.

  • Este semestre Christian ha mostrado una versión mejorada de su fútbol. FOTO EDWIN BUSTAMANTE RESTREPO
    Este semestre Christian ha mostrado una versión mejorada de su fútbol. FOTO EDWIN BUSTAMANTE RESTREPO
21 de octubre de 2019
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Por John Eric Gómez Marín

A sus 26 años, Christian Mafla dejó atrás las críticas que tuvo en procesos anteriores con Atlético Nacional y hoy es uno de los protagonistas de la segunda era del técnico Juan Carlos Osorio en el club verdolaga.

No ha sido fácil superar los obstáculos y agradarle a una hinchada exigente, pero con sacrificio, actitud y el apoyo de sus seres queridos lo ha venido logrando.

EL COLOMBIANO dialogó con él sobre esta etapa deportiva y también aspectos de su vida personal.

¿Por qué eligió el fútbol como carrera?

“Porque mi familia en Palmira (Valle) siempre fue muy futbolera y tuve tíos profesionales. Empecé en la escuela Diego Pizarro, después tuve la oportunidad de irme a probar en Argentina, regresé a Colombia para jugar en el Chicó y debuté en Copa Colombia con el profe Gamero. De ahí llegué al América, porque el profesor Eduardo Lara ya me conocía de las selecciones Colombia juveniles. Volví al exterior, a Uruguay donde estuve en Sud América, un equipo de la B con el que logramos ascender. Fui a Olimpo de Bahía Blanca en Argentina. Regresé a Bucaramanga, estuve 3 años y después llegué a Nacional”.

¿Qué recuerda de su niñez?

“Todos son recuerdos muy lindos, no tuvimos carencias gracias a mis papás. Mi mamá, Margareth Viviana, trabaja aún en Zona Franca del Valle, y mi papá, Rodrigo Mafla, siempre fue comerciante. El único recuerdo triste de esa época fue cuando murió un tío que era el que me llevaba a todas partes”.

¿Quién le ha dado el mejor consejo y cuál fue?

“Indudablemente mi mamá, que me insistió en nunca abandonar los sueños y esforzarme por conseguirlos; me dijo que tenía todas las capacidades para cumplirlos. Son las palabras más lindas que recuerdo”.

¿Es casado?

“Claro que sí, y además tengo una hija. Mi señora se llama Lizeth Molina y mi niña Manuela y tiene 6 años”.

¿Qué es lo que más disfruta hacer con ellas?

“Conocer lugares nuevos, pasear, salir a comer en restaurantes, compartir mucho con la naturaleza”.

Tuvo momentos difíciles en Nacional, pero hoy cumple un rol protagónico...

“Con la llegada del profesor Osorio las cosas me cambiaron para bien. Él me dio la oportunidad de tener mayor continuidad y ha sido fundamental la confianza que me otorgó para poder mejorar y aportarle lo que más pueda al equipo. Eso ha sido importante para mí”.

¿Cómo lograr continuidad con Osorio?

“Encontró en mí a un jugador que le puede ser útil en varias posiciones, y al poder cumplir con esos requisitos cuando él cambia de esquema dentro de un partido, yo puedo aportarle diferentes recursos. Los polifuncionales tenemos más posibilidades de jugar con él”.

¿Qué otra cosa le gusta además del fútbol?

“Me encanta ir a cine, compartir con mi familia y armar paseos en los que haya mucha naturaleza”.

¿Alguna película que lo haya marcado?

“Sí, hay una que siempre que la veo me emociona: En busca de la felicidad. Dice muchas verdades de la vida, sobre todo que te deja una enseñanza de que uno no debe dejar de luchar, que necesita disciplina para que los sueños se cumplan. Es una película que te inspira a salir adelante”.

¿Es una persona sensible, llora fácilmente?

“La verdad, sí. Demuestro mucho mis sentimientos, soy muy emotivo, no solo en la tristeza sino también en las alegrías. Vivo las cosas con intensidad”.

¿Cuándo fue la última vez que lloró y por qué?

“Cuando murió un gran amigo, Yeison Mendoza. Fue en septiembre, esa fue la última vez que lloré”.

¿Si no hubiera sido futbolista, qué estaría haciendo?

“Desde pequeño me gustan mucho los animales y hubiese sido veterinario o zootecnista, cualquier cosa que tuviera relación con ese gusto”.

¿Qué virtudes destaca en su esposa e hija?

“De mi hija, que a pesar de la edad que tiene (6 años) entiende que el papá no puede estar mucho tiempo con ella. Y de mi esposa, la valentía de siempre estar ahí conmigo, de soportar situaciones difíciles que la afectan más a ella que a mí. Por eso estaré eternamente agradecido con ambas”.

¿Con qué sueña?

“En lo profesional, poder llegar más lejos, jugar en la Selección Colombia, ir a Europa y enfrentarme a los mejores del mundo. Es un sueño que ha sido constante en mi vida. A nivel personal, seguir creciendo como ser humano, tratar de ser el mejor ejemplo posible para mi hija y las personas que me siguen y me apoyan”.

Ha jugado de central, lateral y extremo, ¿cuál posición le gusta más?

“En todas me siento cómodo, pero disfruto más como lateral y central, posición en la que he aprendido mucho gracias a los consejos de jugadores como Daniel Bocanegra y Alexis Henríquez”.

¿Cómo define al técnico Juan Carlos Osorio?

“Es un loco apasionado por lo que hace y eso lo transmite. Su vida es el fútbol y lo vive intensamente, pocos lo palpitan como él”.

¿Cuál es la gran fortaleza de este Nacional?

“Que es un grupo unido y dentro de la cancha eso se ve reflejado. Hemos superado momentos difíciles y sacado el equipo adelante. Cada individuo de este grupo tiene una meta y lucha por conseguirla. Lo que nos hace fuertes en lo colectivo”.

¿Usted vive del presente, pero se prepara para el futuro teniendo en cuenta que es una carrera corta?

“Claro, con tantos ejemplos que hemos tenido de futbolistas que lo perdieron todo, soy consciente y tengo muchos planes que estoy desarrollando de a poco. Los voy construyendo y sé que con la ayuda de Dios, cuando él decida que me retire, voy a poder estar bien y disfrutar de otras cosas”.

¿Son planes relacionados con el fútbol?

“No, por ahora no tienen que ver con mi carrera deportiva. Como dije anteriormente, desde pequeño siempre me gustaron los animales, entonces tengo planes en ese sentido, pero no descarto la posibilidad de compartir el conocimiento que uno adquiere durante los años como futbolista, eso también sería lindo”.

El día que muera, ¿qué le gustaría que Dios le dijera?

“Que me ama y que me felicitara por haber cumplido con su misión y ser un ejemplo para los demás” n

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