El exfutbolista, exgerente y expresidente del verde, Víctor Marulanda, habló sobre la actual situación deportiva del club y expuso algunas soluciones que se podrían aplicar.
Un hombre que tiene toda la autoridad para hablar de Atlético Nacional es Víctor Marulanda (53 años). Fue jugador del club, gerente deportivo, presidente y estuvo en la época más gloriosa y ganadora del equipo. Este dirigente antioqueño de 53 años de edad tiene un panorama claro de la situación del conjunto verdolaga. EL COLOMBIANO dialogó con él y da luces de cómo recuperar el rumbo.
¿Cuál es su concepto del panorama de Nacional hoy en día?
“Se me viene a la cabeza una estrategia de EL COLOMBIANO en el 2009 cuando la situación no estaba de la mejor manera e hicieron un foro al que invitaron gente de diferentes sectores y lo tomé como un espacio en el que la gente quería ayudar. Ahora es muy fácil seguir tirando piedras, pero hay que hacer un alto en el camino y de una manera propositiva ver cómo cada uno de nosotros puede ayudar. Recuerdo unas palabras del técnico Luis Fernando Suárez en las que decía que cada uno debía enfocarse en las funciones que le correspondían: ‘los jugadores a jugar, los directivos a dirigir, la hinchada a animar y la prensa a realizar críticas constructivas’, pero que había que haber una conexión a través del diálogo. De ese encuentro sacamos conclusiones muy claras para luego comenzar a construir un proyecto que culminó con el título de la Copa Libertadores de 2016”.
Usted pasó por situaciones similares, pero no con una desaprobación tan alta como la tienen los directivos de hoy...
“No sé la manera como se esté dando la comunicación, pero hay que revisar cómo puede hacer uno para conectar teniendo en cuenta que hay un qué y un cómo. El qué son los resultados y en todo proyecto es así. Lo otro es el cómo y yo no sé si eso se ha comunicado, se ha dicho y cómo se ha hecho. Hoy yo no conozco los objetivos, porque no he hablado con los directivos, pero tendría que haber en un club como Nacional un tema de posicionamiento de marca a un nivel muy superior. Por ejemplo, Nacional tendría que llegar siempre a Copa Libertadores siendo campeón y eso uno como hincha es lo que quiere. En el cómo, se quiere un equipo atractivo, que disfrutemos y que, más allá de estar confiados, sí seguros de que hay un equipo que es ganador. Eso hay que explicarlo y hablarlo, y creo que ha hecho falta conversarlo y comunicarlo. Lo otro son los resultados y para eso tiene mucho que ver el camerino para el logro de objetivos”.
Uno siente que desde la dirigencia hay mucha lejanía con la afición y los accionistas deben dar un golpe de opinión, ¿no cree que debe llegar gente con empatía, que conozca el medio y se integre con la hinchada y la historia del club?
“A nivel de estrategias sí debe haber unas diferentes, de más cercanía. Hay que escuchar a la gente, al camerino, a la prensa. Todos somos importantes y de lo que he aprendido es que hasta la señora de servicios generales te puede dar un gran consejo. Toca volver a las raíces de ese camerino cercano, porque debe haber empatía, estar en los zapatos del otro para que esto funcione de la mejor manera. Más que cambiar a uno u otro, las estrategias se deberían cambiar o mejorar”.
¿Usted estaría dispuesto en regresar al club si lo llaman?
“Cualquiera que haya pasado por Nacional (yo estuve más de 32 años entre jugador y directivo) te va a decir que sí, pero lo que hay que mirar es el proyecto, algo que te convenza desde esas estrategias, a qué se le apunta, porque Nacional sigue siendo una de las marcas más queridas en Colombia y uno lo nota hasta fuera del país. Es muy difícil encontrar a alguien que te diga que no vuelve a Nacional si se basa en un buen proyecto, en algo que conecte a todo el mundo y que todos tiren para el mismo lugar. Es una marca que se deja querer, que llevo en el corazón, por eso claro que sí regresaría”.
Cuando se habla de un nuevo presidente, todos los caminos conducen a usted...
“En algún momento tuve una charla con Esteban Escobar y hablamos unos 10, 15 minutos y quedé gratamente sorprendido con el contenido que él me entregó, obviamente las cosas por números no se están dando. Uno desde afuera desea que esto se revierta y hay mucha gente que podría poner su granito de arena, pero no soy quién para decir este sí o este no, porque sería irrespetuoso y yo no lo soy. Además, tengo gente amiga trabajando allí a la cual debo respetar. Creería que como estrategia sí hay que organizar algunos temas. Los que hemos pasado por esas situaciones entendemos lo complejo del tema, uno a veces no ve más de un metro por todas las cosas y dificultades que tiene encima y busca salidas por un lado u otro y hay que tener personas que lo pongan a ver cosas diferentes y Nacional lo podría hacer. Hay mucho hincha con experticias en lo deportivo y administrativo. Mi gran universidad fue lo que les aprendí a las juntas directivas, a las comisiones de fútbol, donde estaba toda la gente de la organización que nos ayudó mucho a aprender y, lógicamente, también a enseñar”.
Desde la salida de Reinaldo Rueda no hay estabilidad en la dirección técnica, evidentemente esto muestra que el entrenador no es el problema. También llama la atención la renuncia de Dorlan, que se fue teniendo contrato, y el afán de los jóvenes por ser vendidos. Hay muchas aristas...
“Aquí lo que hay que mirar, dentro de las estrategias, cuáles son las prioritarias, esos soportes estratégicos que te pueden poner en un punto diferente. Uno puede vender jugadores, pero si tu marca no está en los puntos más altos, algo hay que cambiar. Acá lo importante es llegar a lo uno y concretar lo otro, porque en la medida en que la marca sea reputacionalmente más fuerte, atractiva y ganadora, los jugadores serán más costosos, eso es directamente proporcional. No es lo mismo estar compitiendo y vendiendo jugadores desde el torneo local que estarlo haciendo desde la Copa Libertadores y en estancias finales, son métricas distintas, pero hay que apuntarle a ambas para que al final todos disfruten. Ahora Nacional tiene dos partidos importantes con dos equipos que están por debajo en la tabla (Chicó y Pasto) y tendrá que ganar con autoridad y jugando bien”.
¿Usted por qué salió de Nacional?
“En el 2018 llegó un momento en el que se vinieron cambios y ahí tuvimos inconvenientes todos, estuvimos muy cerca de un título, pero Tolima nos lo quitó. No me sentía útil ni una persona que podría ayudar al crecimiento y desarrollo del club en ese momento. Obviamente, llegaron nuevos presidentes y gente nueva a la Junta Directiva, yo salí en una conversación que sostuve en la presidencia de Juan David Pérez sin inconvenientes, gente muy respetuosa y simplemente vi que no tenía cabida ni peso y les dije que no iba a continuar, ellos entendieron y ahí salí del club”.
¿Qué cree que está pensando el doctor Antonio José Ardila de esta situación?
“Si yo he aprendido cosas es de él y algo que tengo muy presente, es la cercanía que él tiene con el camerino. Puede estar donde esté y siempre estaba muy presente, a veces no tenía la posibilidad de llegar, pero siempre hacía el esfuerzo por estar en los partidos. Tiene una gran relación con todos sus colaboradores, es una persona muy humana. Debe estar pensando en revertir esta situación, porque siempre ha sido un ganador y quiere siempre estar en los primeros lugares. Debe estar en muchas conversaciones con todas las personas a cargo del club para revertir el tema”.
¿No lo ha llamado a usted?
“No señor”.
Se puede decir que el trabajo de Benjamín Romero en la parte financiera es bueno, Navarro está con el club desde 2009 y usted dice que Esteban Escobar tiene un proyecto claro, pero ninguno tiene su liderazgo...
“Tengo la fortuna de conocer a los tres y he trabajado con ellos, entonces creo que son grandes personas por lo que he podido compartir con ellos. Con Benjamín compartí algo en Perú, con Mauricio en la Comisión Técnica y la Junta Directiva y con Esteban cuando yo era director deportivo, él era el de transferencias. Reitero que tienen el conocimiento, pero ese tema de liderazgo, de cohesión de equipo, comunicación asertiva y efectiva hoy es muy importante y son ellos los que necesitamos que nos ayuden para que el club cada vez esté mejor. Es un momento difícil, pero es gente a la que respeto y quiero que les vaya muy bien, pero si se está andando para diferentes lados toca dar un giro de 180 grados para que caminen juntos”.
