El técnico del “Poderoso” se refirió a lo que será el duelo definitivo del domingo en el Atanasio Girardot.
El primer asalto de la gran final de la Liga Betplay-I ya es historia. El empate sin goles entre Independiente Santa Fe y el Deportivo Independiente Medellín dejó emociones, tensión y un sinfín de análisis. Pero en el seno del equipo rojo de Antioquia, lo que prima ahora es el enfoque total en la batalla definitiva: este domingo a las 6:00 p.m. en el Atanasio Girardot, ante su gente, por la anhelada séptima estrella.
Alejandro Restrepo, el conductor de este poderoso DIM, no ocultó su orgullo por la actitud de sus dirigidos en El Campín. “Hicimos un partido muy valiente. Salimos a buscar nuestras posibilidades, a intentar atacar, a llevar peligro al arco de Santa Fe. Nuestros jugadores entregaron todo lo que tienen y jugaron este partido como una verdadera final ante un gran rival”, expresó con emoción tras el pitazo final.
Aunque el empate fuera de casa representa una leve ventaja, el técnico antioqueño no cae en triunfalismos. Sabe que esto aún no está definido. “Es una final que sigue abierta y que se va a cerrar en nuestra casa, con nuestra afición. Es un resultado que a ambos nos permite seguir compitiendo. Vinimos a competir y a hacer lo que normalmente hemos hecho en el campeonato, y eso nos da la tranquilidad de poder ir y hacer un gran partido en casa”, dijo con tono mesurado.
Para Restrepo, el compromiso del domingo será una oportunidad de oro, pero también una gran responsabilidad. “Nos llevamos un resultado que nos permite volver a casa con la ilusión de llevarle un título a la hinchada. Esperamos ya enfocarnos en lo que será la final en casa”, añadió.
El estratega sabe que no hay espacio para la relajación, mucho menos ante un Santa Fe que ha sido un hueso duro de roer en condición de visitante. “Santa Fe ha hecho muy buenas presentaciones afuera, así que ahora en Medellín intentaremos estar en todos los detalles, sacar ventaja de las cualidades de nuestros futbolistas y anular las del rival”.
Y es precisamente el aliento de la hinchada una de las armas más poderosas que tendrá Medellín en este segundo capítulo. Un Atanasio Girardot teñido de rojo y con 45 mil almas empujando desde las tribunas será el escenario ideal para buscar la gloria. “Vamos a tener 45 mil almas apoyándonos y eso es un gran aliciente para nosotros. Pero necesitamos hacer un plan de juego, ser efectivos y buscar ganar como lo ha hecho este equipo tanto de local como de visitante”.
Restrepo y su equipo ya dejaron atrás el empate en Bogotá. Ahora, con la fe intacta y la convicción de que se puede alcanzar la gloria, el Medellín se prepara para escribir un nuevo capítulo de su historia. El domingo no será un día cualquiera: será la oportunidad para que el corazón rojo vibre, se ilusione y, por qué no, celebre la séptima estrella.
