Lionel Messi habla de un futuro de la Selección Argentina en el que él ya no es el eje, el héroe ubicuo que fue durante más de trece años, sino más bien un gestor, una fuerza que quiere empujar a los suyos y ver cómo toma impulso la Selección mientras se aleja en el horizonte.
La reacción del astro del Barcelona tras la eliminación de la Copa América ante Brasil, fue muy diferente a la que tuvo en frustraciones pasadas, en las que acabó convertido en la víctima o en el rostro de la impotencia, tal como sucedió luego de perder la final de la Copa Centenario-2016, cuando anunció su retiro de la Albiceleste.
Esta vez Leo rehuyó de los dramas y fungió como soporte de sus acongojados compañeros. “Yo creo que empieza algo bueno, algo lindo, una camada que ama a la Selección, que quiere estar”, dijo a los medios. “Hay futuro. Tendrían que darles tiempo y dejarlos seguir. Ojalá se respete a estos chicos, que aman a la selección. Ojalá no les empiecen a pegar desde el vamos”, rogó un sereno Messi ante la prensa, para asegurar, posteriormente, que encontró en esta convocatoria un gran grupo de trabajo. “Si tengo que ayudar, lo voy a hacer”.
Para el periodista Martín Vidal, de TyC Sports, este nuevo fracaso deja dos aspectos positivos. El primero que tiene un “carácter fundacional, porque a diferencia de otras duras derrotas, que anticipaban finales de ciclo para varios jugadores, esta sirvió para presentar nombres prometedores”.
El segundo aspecto “positivo”, según Vidal, “es que el posible título o incluso la final habrían escondido la pésima labor del Chiqui Tapia (presidente de la AFA), responsable de las malas decisiones sucesivas en la Selección”.
Pero no se trata solo de Tapia. De hecho, los dirigentes de los clubes han recibido fuertes críticas porque se negaron a prestar jugadores para la Selección que afrontará los Juegos Panamericanos, lo que ha puesto en una posición difícil al técnico Fernando Batista, quien a pocas semanas del inicio del torneo no sabe qué plantel llevar a Lima.
“La historia del hombre que puso el fútbol a sus pies, pero no pudo lograr ni un título con su Selección se agotó como excusa de los fracasos reiterados. La gente, una buena parte, entendió por fin que la dirigencia que controla nuestro fútbol es tan incompetente que esto va más allá de Messi. Y si no se soluciona pasarán mucho más que 26 años sin títulos”, concluye.