Detrás de los nueve partidores de la piscina olímpica del Complejo Acuático César Zapata los deportistas estaban en silencio. Tenían los cuerpos tensos y el corazón acelerado producto de los nervios que les produce competir. Esperaban que sonara el pito del juez para subirse en la plataforma, enconvar el torso, poner las manos en la base, esperar la voz que les diera a entender que estaban cerca de entrar a la pileta y lanzarse tras el sonido de la chicharra.
Los nadadores ingresaron al cuadro azul en cuestión de segundos. Lo hicieron con fuerza, por lo que en los lugares donde antes dibujaban sus siluetas, ahora estaba el agua que salió tras el chapuzón.
Así comenzó la prueba de los 800 metros libres con la que se abrió este jueves el Panamericano y Suramericano Máster de natación en Medellín, que irá hasta el 28 de este mes.
En el evento participan cerca de 1.600 deportistas entre los 18 y los 98 años, que representan a 25 países adscritos a Panam Aquatics, una organización deportiva encargada de organizar, supervisar y controlar las competencias acuáticas en el Hemisferio Occidental. Estos campeonatos se hacen cada dos años desde el 2003.
“Siento que reduje mi tiempo. Estoy muy emocionada porque sé que hice el recorrido en cerca de 17 minutos y 40 segundos, que es menos de lo que lo hago en entrenamientos”, aseguró Sandra Vergara, una ingeniera mecánica ecuatoriana de 58 años tras competir en el tercer hit de las clasificatorias de la categoría 55-59 años. Ella comenzó a entrenar hace cerca de seis años.
Una reivindicación
En las tribunas había personas de todas las edades: jóvenes como la ecuatoriana Michelle Poppe, de 21 años, quien vino a buscar triunfos en los 18-24 años, a la que ingresó después de que levantaron los cierres por la pandemia. Esta categoría se estrena en un campeonato máster.
También hubo adultos mayores como la brasileña Irene Freitas, que con más de 80 años fue de las primeras en competir.
Las delegaciones son grandes: los mexicanos trajeron nueve entrenadores y 241 nadadores, entre los que está Cecilia Becerril, de 49 años, que fue campeona nacional en la prueba de pecho.
Este tipo de eventos son una reivindicación deportiva para los atletas que participan, que por lo general no pudieron llegar a ser profesionales por circunstancias como falta de apoyo y lesiones, o que ya superaron la edad de competencia.
Las emociones seguirán por una semana más en las piscinas olímpicas de la Unidad Deportiva Atanasio Girardot