Todo parecía igual que en años anteriores. En la pequeña Isla de Man, ubicada entre Irlanda y Gran Bretaña, donde viven poco menos de 90 mil personas, se corre todos los años, entre finales de agosto y comienzos de septiembre, una carrera de motos que es legendaria para los amantes de este deporte.
A la Manx Grand Prix, como se conoce la competición, se llega por invitación. La entrada está restringida a solo aquellos que durante tres años hayan registrado buenos resultados en marcas nacionales, además de otros requisitos de licencias y tiempos mínimos de carrera. Y durante 70 años, historia de la Manx GP, nunca se había invitado a un latino. Hasta ahora.
Al colombiano Daniel Humberto Fernández la comunicación le llegó por correo. Con 42 años y una carrera profesional en las motos que ya cumple más de 26 años, Hernández soñó con participar de esta competición durante toda su vida. “Sentí una felicidad grandisima, han sido muchos años esperando esta aceptación”, responde a EL COLOMBIANO desde la isla.
Si bien su carrera ha estado plagada de buenos momentos, como el campeonato nacional de Rally en 2007, los dos campeonatos nacionales de velocidad en 2013 y el sexto puesto en Pikes Peak en 2014, esta oportunidad las superó a todas. Aún así, no fue fácil decidir viajar.
Cuando recibió la comunicación de la carrera, la madre de Daniel se encontraba en un estado de salud delicado. “Hablé con ella y tomamos juntos la decisión de que yo viniera a correr”. En medio de la competición, que dura dos semanas, recibió la noticia de que su madre había muerto.
Daniel Fernández terminará su participación en esta histórica carrera intentando dejar a su país en lo más alto. Seguramente correrá con el dolor de la partida de su madre, pero con el orgullo de saberse, tal como ella lo quiso, cumpliendo uno de sus mayores sueños.
