Los Juegos Nacionales perdieron su escencia. Sentencia que ahora toma fuerza con la distribución de varios torneos en 17 plazas del país -algo jamás visto- y la cancelación de 17 torneos.
Una vergüenza es lo que se vive con los Juegos Nacionales y eso lo tienen claro dirigentes y deportistas consultados. Además, que son de la desintegración.
La culpa, según el director de Coldeportes, Andrés Botero y del presidente del Comité Olímpico Colombiano Baltazar Medina, las dos entidades que regentan el deporte en el país, se debe a la demora en la construcción de escenarios. “Y no se les podía quedar mal a los deportistas”, coinciden.
A ello hay que agregarle que dos disciplinas iniciaron competencias un mes antes (patinaje y pesas), una de ellas en sitio diferente (Guarne y Rionegro) a la sede inicialmente prevista (Ibagué).
Y como si fuera poco, en cumplimiento de lo descrito en los artículos 25 y 27 de la resolución 000381 de marzo 21 de 2013, de la Carta Deportiva Fundamental de los Juegos Deportivos Nacionales, edición 20, Coldeportes dejó por fuera 17 pruebas, que privaron a deportistas insignias del deporte colombiano, a competir en sus modalidades, como Caterine Ibargüen (salto triple) y Yuri Alvear (división -70 kilogramos del judo).
“Desde luego que tener tantas sedes no es lo ideal, pero se ha llegado a esta situación por una dificultad que se presentó en la demora de las obras y había que salvarlos por respeto a los atletas”, explica Baltazar Medina.
Cancelarlos, según el dirigente, significaba un irrespeto.
Eso mismo piensan los que quedaron por fuera y estuvieron tres años preparándose fuerte para representar a su departamento y pagarle de alguna forma el apoyo económico y deportivo durante este tiempo. Hablan de irrespeto.
“Da tristeza no poder competir, después de tantos sacrificios. Lo que todo deportista espera cada cuatro años es estar en el evento más importante del país, por muchas razones, no solo por ganar una medalla, sino por la integración y convivencia deportiva”, explica Mónica Sarai Arango, una de las sacrificadas por la cancelación del nado sincronizado.
Son 6.001 atletas compitiendo en 36 deportes, distribuidos por varias regiones del país, cuando antes se concetraban en un solo departamento y se vivía una verdadera fiesta deportiva.
“Se tiene que volver y debe quedar como Ley, que los Juegos sean en una sola región y en algunas subsedes, pero del mismo departamento”, agrega Baltazar.
Otros señalan que esto que sucede en 2015 debe quedar como experiencia y que los Juegos retomen su esencia de integración y competitividad para lo que fueron creados o se acaben.
“No es llorar, es pedir justicia con los deportistas que se sacrifican y quieren estar en el evento deportivo más grande del país. Es una vergüenza lo de estos Juegos. Inexplicable que sea en tantas sedes, que una semana antes saquen pruebas de la programación y, lo peor, se prive al país de ver a sus deportistas en el deporte en el cual han dejado en alto el nombre de Colombia”, manifestó William Moncada, presidente de la Liga de Natación de Antioquia, una de las más perjudicadas, por la inversión que hizo en sus clavadistas y el nado sincronizado.
