Extrovertida, graciosa y lanzando al agua a su esposo Vicent Pelluard, estuvo Mariana Pajón durante el Reto Oquendo, este jueves, en el Instagram de EL COLOMBIANO.
Rompiendo un poco el esquema que se venía manejando de un invitado por reto, en esta ocasión el desafío fue asumido por ambos deportista, quienes compartieron temas personales, deportivos y familiares.
Uno de esos momentos divertidos fue cuando Vicent contó que Mariana es muy dormilona y más ahora durante el aislamiento. Ella se defendió narrando la historia de la primera visita del francés a Colombia, recordando que se comió una bandeja paisa y un ajiaco en el almuerzo, dejando a todos asombrados.
También mencionó que Pellaurd tiene gustos de gente mayor, por eso toma té, se levanta súper temprano y es quien está más pendiente de Kiara, la mascota de la pareja, con la cual se están preparando para el ritmo y la responsabilidad cuando lleguen los hijos, lo cual podría ser en unos 10 años. “Seguro estaremos con hijos y más perros”, comentó Vicent.
Mariana, quien ya tuvo la oportunidad, junto a Carlos Ramírez, de recorrer la pista donde se disputarán los Olímpicos en Tokio, manifestó que “es muy diferente, es súper larga, mide más de 500 metros y por eso, la preparación física debe ser fuerte para poder aguantar al tope como lo exige la competencia en esa distancia”.
Además, sostuvo que, aunque le han preguntado mucho sobre el retiro, es algo que aún no lo ve cerca, pues desde que siga sintiendo esa emoción por estar sobre la bicicleta, seguirá con la preparación para dar lo mejor siempre. “Creo que hay Mariana para rato”.
Y puntualizó, cuando todo vuelva a la normalidad y podamos viajar y competir hay que seguir sumando puntos para tener varios representantes en los Juegos, por ahora estamos con un cupo por rama (hombre y mujer), pero aún faltan pruebas de clasificación.
La doble medallista olímpica confirmó que, aunque ha tenido muchas fracturas y lesiones delicadas en mi carrera, la sufrida en su rodilla, y por la que ajusta dos años en rehabilitación, es la que más le ha costado.
“Esa sí me puso a pensar ¿será que sigo o no?, pero la verdad, es que de solo visualizar mi bicicleta parqueada en el garaje, me dio el impulso para tomar un segundo aire y sé que aún me queda mucho para dar, por eso me preparo mentalmente, me veo en la pista de Tokio, en los Olímpicos con los colores rojo y azul que va a tener el escenario, agradecida con Dios por darme una nueva oportunidad de hacer lo que amo”, concluyó la deportista.
