Siete años después de su vibrante final en Nueva York, Serena Williams y Victoria Azarenka volverán a enfrentarse este jueves (7:15 p.m.) en las semifinales femeninas del Abierto de Estados Unidos, en las que también chocarán la japonesa Naomi Osaka y la estadounidense Jennifer Brady (6:00 p.m.).
Williams y Azarenka, dos ex número uno mundiales, ambas madres, han protagonizado trayectorias diferentes desde sus dos memorables finales del US Open de 2012 y 2013, ambas ganadas por la estadounidense frente a su apasionada afición.
Serena, quien cumplirá 39 años este mes, ha seguido llegando a finales y colocando títulos en una vitrina que desde 1999 acumula 23 coronas de Grand Slam, a solo una de igualar el récord que ostenta Margaret Court.
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Williams tuvo que esforzarse a fondo para superar a sus tres últimas rivales en el Abierto, remontando un set en contra ante Sloane Stephens y Tsvetana Pironkova.
Este jueves, 24 horas después de batir a Pironkova, Williams espera tener reservas de garra y energía frente a su amiga Azarenka, a quien ha superado en 18 de sus 22 enfrentamientos en la Arthur Ashe desde 2008.
A sus 31 años, la bielorrusa llega al partido en un momento distinto al de Serena, disfrutando por primera vez del tenis en su renacimiento deportivo.
“Siempre he sido apasionada, pero la alegría de jugar y de aceptar el proceso, todo lo bueno y lo malo, nunca lo había hecho antes en mi carrera, incluso cuando era la número uno, cuando ganaba los Grand Slams”, explicó esta semana. “Nunca pude alcanzar este nivel de felicidad”, complementó la ganadora de dos Majors (Abierto de Australia 2012 y 2013) que frenó su carrera en 2016 para ser madre y un año después regresó al circuito. Hasta este US Open no había superado las primeras rondas de un Grand Slam.
Osaka ante Brady
La otra semifinal enfrenta a Naomi Osaka, quien derrotó a Williams en la final del US Open en 2018, y la estadounidense Jennifer Brady.
A sus 25 años, Brady (número 45 de la WTA) nunca había pasado de los octavos de final de un Grand Slam, que alcanzó en Australia y Flushing Meadows en 2017.
Esta temporada Brady acumula 21 victorias y seis derrotas, incluidos triunfos sobre la número uno mundial, Ashleigh Barty, en Brisbane, y la número cinco, Elina Svitolina, en Dubai. En agosto ganó en Lexington su primer título de la WTA y en el US Open no ha concedido un solo set ante sus cinco rivales.
Brady pasará por la prueba definitiva ante Osaka, que a los 22 años es la semifinalista más joven pero ya cuenta con dos Grand Slams (US Open de 2018 y Abierto de Australia de 2019).
Desde esos triunfos no ha superado los octavos de un ‘Major’, pero en Nueva York ha combinado su talento con una mentalidad de acero para avanzar sin apenas sobresaltos.
El viernes es el turno de los hombres
Dominic Thiem contra Danill Medvedev (5:00 p.m.) y Alexander Zverev contra Pablo Carreño (3:00 p.m.), cuatro candidatos sin un claro favorito, competirán este viernes en las semifinales del Abierto estadounidense, las primeras de un Grand Slam desde el Roland Garros 2004, sin el Big Three.
“No hay un Roger, Rafa o Novak, pero hay un Daniil, Sascha (Zverev) y Pablo”, recalcó el austriaco Thiem. “Hay otros tres jugadores increíbles. Cada uno de nosotros merece este primer gran título”.
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El tenista que se corone campeón el domingo será también el primero fuera del Big Three que levante un torneo Major desde el suizo Stan Wawrinka en el US Open de 2016, una oportunidad de oro para la próxima generación de estrellas de este deporte.
Tanto Thiem, segundo sembrado, como el ruso Medvedev (3) ya saben lo que es jugar grandes finales en los últimos años. Thiem, perdió una ante Djokovic (Abierto de Australia en 2020) y dos ante Nadal (Roland Garros en 2018 y 2019), mientras que Medvedev cayó ante el español en la final del último US Open.
Por otro lado, para el alemán Zverev (quinto sembrado) y el español Carreño (20) es una nueva ocasión de superar la barrera de semifinales, en la que cayeron en el Abierto de Australia de 2020 y el US Open de 2017, respectivamente.
“Es diferente”, dijo Zverev sobre las ausencias. “Tendremos un nuevo campeón de Grand Slam. Esto es lo único que sabemos con seguridad”.
La edad del ganador también reflejará la longevidad de la tiranía de Djokovic, Nadal y Federer, ya que por primera vez habrá un campeón de Grand Slam nacido en la década de 1990.