La peleadora colombiana Sabina Mazo, quien lleva una carrera en ascenso en la principal compañía de artes marciales mixtas del mundo, la UFC, vive actualmente en una de las zonas de mayor riesgo en Estados Unidos y de la más afectada por el coronavirus: Los Ángeles.
Esa sola ciudad, de unos 4 millones de habitantes, tenía hasta este martes, más casos de contagio que en toda Colombia: 530.
Aunque allí no han decretado la cuarentena obligatoria, Sabina ha tomado las medidas necesarias para protegerse y proteger a los demás sin dejar de practicar su pasión.
“Es un tema global, la gente de acá está tomando precauciones y todos los lugares de entretenimiento como cines, bares y centro comerciales han cerrado”, contó.
Sin embargo, fiel a su objetivo de lograr un título mundial en esa compañía, no ha renunciado a sus rutinas de entrenamiento.
“Sigo haciendo mi vida, obviamente con prevención y respetando a los demás. Estoy entrenando en la casa de Kelvin Gastelum, uno de mis compañeros. Nos reunimos, entrenamos, y de nuevo para la casa”.
Ella cuenta que de todas formas las calles y las playas se están vaciando de a poco. “La cuarentena es opcional, pero la idea es respetarnos todos”.
Pese a la difícil situación actual, Sabina se viene haciendo un nombre entre las grandes estrellas de ese deporte y a sus prácticas, además de Gastelum, también se suma Arthur Estrázulas, ambos reconocidos peleadores de la UFC.
“Hacemos acondicionamiento físico juntos, jiu-jitsu, muaythai, y después, juiciosos, cada uno para sus hogares”.
Los eventos de la UFC están suspendidos, y por eso la “Reina Colombiana”, como la conocen en el circuito, espera que esta situación se supere pronto. “Estoy tranquila, pero no me puedo dar el lujo de dejar de entrenar, y mi mayor consejo para todos es que tengan una vida sana, que construyan un sistema inmunológico saludable. Les recomiendo comer bien, entrenar y, lo más importante, tener una buena higiene”.
Por ahora, el combate de Sabina es fuera de las jaulas y toma las medidas necesarias para que no le toque un oponente, que hasta acá, demuestra que pone en riesgo la vida de cualquiera: el coronavirus.