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Para las comunidades ancestrales de América Latina la metáfora de la vida es el tejido, “la urdimbre es lo que no se puede cambiar, pero la trama es lo que cada persona le pone al tejido”, explica la diseñadora Verónica Franco, directora creativa de Tigre de Salón.
Esa idea trae el simbolismo perfecto para el proyecto que esta joven antioqueña comenzó el año pasado con el nombre de Tramas Colectivas: “son cinco piezas que hemos venido tejiendo con mujeres que están en situación de vulnerabilidad, la idea es trabajar con diferentes comunidades en el futuro, pero este primer proyecto lo hicimos con nueve mujeres trabajadoras de los sectores la Veracruz, Barbacoas y el Raudal, en el centro de Medellín, gracias al colectivo ‘Putamente Poderosas’ con el que se ha venido trabajando desde entonces”.
Melissa Toro, directora de este colectivo, es una convencida de que el arte resignifica, sana y transforma, “siento que lo que hace una comunidad es eso, es sanarse, aparte de tejer un elemento material ellas están sanando su vida”, cuenta en el video de la colección.
El proceso de tejer
Gloria Arias, una de las mujeres tejedoras destaca que es todo un desafío: “Yo empecé a ir al grupo porque quería aprender algo nuevo, es un reto y a mí me gustan los retos, estar allá me conecta con mi niñez, me siento tranquila”, dice.
Franco cuenta como empezaron con unos talleres, “se les enseñó a tejer a algunas, otras ya sabían, y creamos esta nueva colección en la que ellas tejen, se les paga y todo esto se vuelve un ingreso económico para ellas y sus familias”.
Jackeline Duque, otra de las mujeres tejedoras, sueña con decirle al mundo que ya no va a trabajar en la calle porque está tejiendo, “haciendo otra labor para mí más linda y salir adelante con esto”, cuenta.
Y la idea de Verónica es seguir estas tramas colectivas que traen por ahora cinco referencias, “pero queremos que se reproduzca bastante, lo que queremos es ponerlas a trabajar mucho, tejiendo”. Franco añade que este grupo de mujeres tienen mucha ilusión, “es que es un momento diferente para ellas. Hasta sus hijos se animan y se están interesando por lo que ellas hacen, por este oficio”.
Las piezas
Hay dos canastos tejidos con un fique traído de Santander, “uno más para el hogar, como revistero o para poner en el baño con toallas. El otro canasto se puede llevar como bolso; está una mochila pequeña hecha con pepas de madera, también otra perfecta para el termo de agua o para el celular y por último un bolso más amplio que además es flexible y se puede enrollar y guardar para mantener con uno y no usar bolsas de plástico al momento de hacer compras”, detalla la diseñadora.
Si quiere conocer este proyecto la exposición estará abierta hasta el martes en el Centro Comercial Oviedo y las piezas también se pueden ver en untigredesalon.com