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El efecto Pirry se mantiene intacto
El realizador presenta una nueva temporada de su programa, ahora más orientado a la exploración y la aventura.
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Efecto Pirry lo puede ver por estos días, mientras que la obra de teatro Pirry está que arde está pendiente de nuevas fechas, todo depende de lo que pase con la situación actual. FOTO cortesía
16 de abril de 2020
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Desde los siete años le dicen Pirry, por eso cuando en la calle lo llaman por su verdadero nombre se demora en reaccionar, en caer en la cuenta de que le están hablando. La única que le dice Guillermo Arturo es su mamá, y eso cuando está enojada. De resto lo llama Memo.
Este año regresó a la pantalla chica con una nueva temporada de Efecto Pirry, espacio de aventuras y exploración que se emite por la señal de Red + Noticias, y en el que se ven vistas a lugares distintos y cunas de especies en vía extinción. En cada una de sus apariciones deja su toque de crítica social, tal y como lo hacía cuando su programa era de investigación periodística.
Vive en Bogotá, se mueve en bicicleta, los fines de semana sale a otras regiones en busca de nuevos retos para escalar y montar en bici. Aunque ahora está en cuarentena.
¿Aún siente nervios cada que estrena un proyecto?
“Siempre hay esa mezcla de sentimientos como cuando uno entraba a un nuevo curso en el colegio, la emoción de lo nuevo y al mismo tiempo el sustico por el reto y el desafío. El programa es el cierre de un ciclo con el material que estuve generando en 2019”.
¿Cómo asumió el cambio de temática de sus programas?
“Desde que entré a Red + Televisión el formato cambió con respecto a lo que hacía en RCN, ahora estoy más enfocado en hablar del medio ambiente y la naturaleza. Claro que al ir a los lugares donde uno ve la caza ilegal de elefantes o rinocerontes implica que haya denuncia. El programa tiene sus goticas editoriales, lo que cierta parte del público espera”.
¿Hay algún caso en Colombia que quiera exponer?
“La idea es hacer denuncia, tengo un especial guardado porque volví a mi amada isla de Malpelo en el Pacífico y fue muy triste lo que encontré, lleno de líneas y anzuelos de pesca ilegal en medio de ese santuario. Es entonces mostrarle a la gente toda esa belleza que tenemos y alertar de lo que podemos perder si no exigimos más protección para el medio ambiente”.
¿En esta nueva temporada, qué lugares descubrió?
“No conocía Zimbabwe, Botswana, Namibia ni el archipiélago de Baja California, en México, una zona protegida en medio del océano Pacífico a la que solo llegan barcos especializados. Fue un viaje que me reconectó con esa espiritualidad, que siento por la naturaleza”.
¿Volverá a los teatros con su obra?
“En este momento le estamos buscando fechas de programación en Estados Unidos y después de eso miraré Colombia. La obra está ahí, con muchas ganas de volverla a llevar de gira por el país. Todo depende de que pase con esta crisis de salud que estamos viviendo en el mundo”.
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