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La Navidad florida de Santa Elena

Navidad en Flores es la expresión silletera sobre esta época. Dos pesebres adornan el corregimiento.

  • Mañana, viernes, alrededor del pesebre de la vereda El Tambo, se rezará la Novena de Navidad, a las 5:00 p.m. FOTO Emanuel Zerbos
    Mañana, viernes, alrededor del pesebre de la vereda El Tambo, se rezará la Novena de Navidad, a las 5:00 p.m. FOTO Emanuel Zerbos
18 de diciembre de 2014
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Como en Santa Elena ríen con flores, lloran con flores, piensan con flores, sueñan con flores, hablan con flores, no es raro que ahora, cuando llega la Navidad, expresen con flores lo que sienten por ella.

Navidad en Flores. Con este nombre, que ya han usado tres veces, celebran por lo alto. En el parque central, al pie del templo de paredes de ladrillo a la vista y zócalo de piedra, hay un belén apegado a lo bíblico. Sagrada familia en la posada con mula y buey; reyes magos, cada uno con su dromedario; pastores con ovejas y dos curiosos visitantes: un sastre, tela y tijeras, y un pescador, pescado y pilón.

Al decir de Luz Elena Rodríguez, vecina de Mazo, quien nació, creció, se reprodujo y vio nacer, crecer y reproducirse a sus hijos allí, en medio del aire frío, ese pescado es para ofrecérselo al Niño Jesús, y el sastre acudió a confeccionarle al pequeño su primer traje.

Sin tradición silletera, señala con el índice derecho las flores amarillas que forman las enjalmas de los animales del desierto: son botones de oro; la piel de los seres es de vira vira teñida de colores.

“En mi casa todavía está el pilón en que pilábamos el maíz de las arepas y la mazamorra”. Cuenta que no había visto este pesebre. “Estuve aquí hace ocho días y apenas lo estaban armando”.

El otro pesebre está en El Tambo. Cerca al Parque Arví. Cerca al Mercado Artesanal y Campesino. Cerca de la estación del metrocable. En él se conjugan elementos bíblicos y típicos de la zona. Los reyes siguen una estrella de vira vira. Alguien extrae agua de un pozo. Otro saca panes de sal del horno.

“Donde vivimos, Ambato, a 130 kilómetros al sur de Quito, también vivimos alrededor de las flores —cuenta Antonio Sánchez, un turista que acompaña a su hijo a un curso de fotografía. Aprovechan para conocer—. Tenemos un certamen llamado Fiesta de la Fruta y de las Flores”.

Los ecuatorianos se hacen fotos junto al establo en el que, a diferencia de ese otro del parque central, no ha nacido el niño.

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