El escándalo protagonizado por los nadadores estadounidenses que inventaron un asalto para esconder los excesos de una noche de fiesta empañó la recta final de los Juegos de Río y eclipsó otro mucho más grave, la implicación de un miembro del COI en la “mafia de las entradas”.
Patrich Hickey, presidente del comité olímpico irlandés, de la asociación de comités olímpicos europeos y miembro del COI, seguirá la clausura de los Juegos de Río desde la cárcel de Bangú, en las afueras de la ciudad.
Hickey, de 71 años, fue detenido el miércoles en un hotel de la “familia olímpica” por su presunta vinculación con una red ilegal de venta de entradas que prometía beneficios millonarios.
La secuencia de su detención es propia de una escena de cine negro...
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