Cuando no es una cosa es otra, pero a Kevin Daniel Saldarriaga las tristezas no lo dejan tranquilo.
Hoy, día de su cumpleaños, su madrina pensaba hacerle fiesta con sus familiares y amiguitos del barrio La Paralela, pero no se pudo, pues en vez de estar en su casa esperando el happy birthday, a Kevin le toca pasarlo en el Hospital Infantil, donde está recluido hace ya una semana.
Allí fue llevado de urgencia luego de pasar tres días enfermo, con dolores en la columna, la espalda y la cabeza. El pasado viernes amaneció que no podía más y su abuela Amparo y su madre Alba lo llevaron al hospital.
Al parecer no se trató de un simple malestar, pues el niño ya ajusta siete días recluido y aún no se sabe el mal que lo aqueja, "nos dicen que de pronto le sacan un riñón", comenta la abuela.
Kevin, por su corta edad -sólo once años- no comprende mucho la situación. Dice, sin dramatismo y gagueando, que "me han hecho cinco coco... cinco cocografías".
Las "cocografías" son en realidad ecografías, explica la abuela, y añade que hasta ahora todo es incertidumbre.
Al niño lo tienen inhalando oxígeno, pues resultó con crisis de asfixia. Y le salió sarpullido en las axilas y la base de sus piernas mutiladas, por lo que debió quitarse las prótesis que le donó la fundación Mahavir Kmina.
"Con las ronchas pica mucho y no aguanto", comenta.
Sueños y privaciones
Recordemos que Kevin era un niño juguetón y alegre hasta el 5 de enero de 2009 cuando, al caerse del tren turístico, éste le amputó las dos piernas y su mano izquierda.
Desde entonces, todo ha sido penurias para él y su familia, un clan de quince personas sumido en la escasez y sin más ayuda que la de un político caleño que lo tiene afiliado a una EPS.
"Si no fuera por eso, no sé qué pasaría", anota Amparo.
Madre y abuela piden apoyo económico, pues los gastos que demanda Kevin son grandes.
Alba, para ayudarse, montó en su casa una sala de internet, pero sólo tiene dos computadores y ni siquiera impresora, "y eso no da para tanto, pues hay que mercar, pagar servicios...", explica la mamá sin que Kevin lo note para no angustiarlo.
Para colmo, el papá del niño, Wálter Elí Saldarriaga, desapareció cuando él tenía cinco meses de vida y nunca volvió, "ojalá que viniera", clama el pequeñín.
Mientras pasan todas esas angustias, él sigue sumido en su niñez. Estudia, oye reggaetón y mantiene vivo un sueño que su ídolo no le ha cumplido: "que Giovanni Moreno me visite, ya le mandé el celular de mi mamá, el 313 732 6329 y el de la casa, 367-5023".
De eso hace semanas, pero Giovanni nada que le hace el gesto solidario. Hoy quería un play station 2 de regalo. !Claro! niño como es, no alcanza a saber que para su madre es imposible dárselo.
Ella le ofrece lo único grande que tiene: su amor de madre, su invasión de afecto y besos, pero nada de juguetes, si acaso la comida. A esto debemos ayudarla todos. Por solidaridad, por justicia.
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