Al igual que los deportistas que participaron en los Juegos Suramericanos Medellín 2010, el ex gimnasta Jesús Romero también se los gozó. Y por lo alto, pues tuvo el privilegio de portar el Fuego olímpico el día de la inauguración, al lado de las medallistas María Isabel Urrutia y Ximena Restrepo. Y luego, de cerca o por televisión, las competencias, en especial las de gimnasia.
"Sentí una emoción enorme, algo magnífico. Estar rodeado de la multitud, en medio de ese marco espectacular de luces, es algo que nunca olvidaré", dijo Romero al agradecer el gesto de la Organización y del Comité Olímpico Colombiano que le hicieron semejante honor.
Muchos de los asistentes al estadio Atanasio Girardot y quienes seguían la señal por televisión, se sorprendieron al ver en su silla de ruedas a este referente del deporte nacional.
Ocho años después del accidente que sufrió en Bogotá cuando preparaba un torneo internacional, que le causó graves lesiones y lo dejó cuadripléjico, muchos recuperaron la memoria del drama de este muchacho que puso en vilo al país.
Luego de luchar con tenacidad por su recuperación, Jesús Romero decidió estudiar Derecho, carrera de la cual terminó materias y está ad portas de graduarse.
También quiso incursionar en la política, pero falló en el primer intento de ser concejal de Cúcuta. Sin embargo, con más experiencia y capacitación, volverá a lanzarse. Y como conocedor del medio deportivo, sus sueños, a mediano plazo, apuntan a la dirigencia, a "luchar por los atletas, para que tengan mejores condiciones en su preparación y competencia".
Mientras observaba el nuevo Coliseo de Gimnasia, los ojos de este empleado del Instituto del Deporte de Cúcuta brillaban. Allí, además de sus amigos del país, se reencontró con extranjeros con los que compitió. Y para adelantarse a la pregunta de los periodistas, señaló que lo único que conserva de este deporte son buenos recuerdos. "No le tengo rencor a la gimnasia, si tuviera lo oportunidad de hacerlo, volvería a practicarla".
En sus épocas de atleta activo conoció a las mujeres antioqueñas. Se enamoró de ellas, tuvo romances y al final quedó con una paisita, la patinadora Catalina Vélez, con quien se casó.
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