Una pastilla de ácido fólico, cada día, es lo único que se necesita para evitar que ocurra una malformación llamada espina bífida, en el primer mes de gestación, lo que no tiene reversa en la vida de un ser humano.
Un asunto que conoce bien Sandra Velásquez, madre de Laura Cristina Álvarez, una joven de 16 años quien padeció esta malformación del tubo neural, en la columna vertebral, que le dejó importantes secuelas en su vida, como la invalidez.
Gracias a la ayuda de la Fundación Mónica Uribe por Amor, Sandra comprendió cómo darle una buena calidad de vida a su hija, que ahora es limitada, pero muy activa.
Laura asiste a clases de computadores, de dibujo y acude a diversas actividades de terapia ocupacional.
"Es muy aliviada y alegre", la describe Sandra, quien aprendió que todo lo que hace por su hija, lo realiza con mucho amor. "Nos ha ayudado a ver la vida de otra manera", dice.
Hace 10 años decidieron tener un segundo bebé, y para ello, el apoyo de la Fundación fue fundamental para dar un paso al que tenían mucho temor, pues hay una amplia posibilidad de que repita la malformación.
Sandra hizo lo que toda madre debe tener en cuenta al planear la llegada de un bebé: tomar una pastilla de ácido fólico, por lo menos, tres meses antes de quedar en embarazo.
El folato y el ácido fólico son formas diferentes de la vitamina B. El folato se presenta naturalmente en algunos alimentos, y el ácido fólico es fabricado por los laboratorios, presentado como suplemento vitamínico.
El ginecólogo y obstetra, Carlos Enrique Restrepo, va un paso más allá. Dice que toda mujer en edad fértil, y que quiera ser madre, debe tomar este complemento, que no engorda o intoxica.
Es tan importante, agrega el profesional, que si no se forma un buen depósito, no permite que actúe como debe ser, y de nada vale que la madre luego decida tomarlo en el embarazo.
La alimentación es otra buena forma de adquirirlo, en especial a través de los derivados del trigo o de vegetales, hígado y pescado, pero se garantiza que la ingesta actúe como debe ser, pues la cocción de los alimentos disminuye su absorción.
El ácido fólico, que también ayuda para evitar el labio leporino o el paladar hendido, ha probado ser eficiente, en adultos, para proteger contra depresiones y enfermedades cardíacas.
La carencia de este importante complemento puede ocasionar daños irreparables en el sistema nervioso central del bebé en gestación, y producir fallas en el funcionamiento motor, neurológico, renal y digestivo.
Causas hereditarias y desconocidas, en un porcentaje mínimo, también pueden originar este trastorno.
La espina bífida es un padecimiento, por ahora, sin cura, que puede evitarse con sencillas medidas preventivas. Por ello, Restrepo recomienda acudir a la consulta obstétrica con el fin de programar los cuidados.
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