Hasta el último día de su vida, antes de que las balas se la arrebataran el pasado jueves, a los 58 años, Luis Germán Restrepo Maldonado trabajó con entusiasmo como operario al frente de una máquina hiladora de la Compañía de Empaques, la misma empresa que ayudó a salvar como líder sindical.
Hizo el turno entre las 6:00 a.m. y las 2:00 p.m. Hacía 38 años había llegado a esta empresa muy joven, cuando tenía 20 años, a trabajar como operario. Pero al poco tiempo se interesó por el bienestar de sus compañeros y por eso se unió a Sintraempaques.
Así comenzó la carrera como sindicalista de Restrepo, cuyo asesinato enluta a los trabajadores colombianos y fue rechazado, por igual, por sus compañeros, por diversos sindicatos y por el propio Gobierno Nacional.
"Nos quitaron a un padre, quedamos huérfanos, pero no podrán quitarnos el alma", dijo un trabajador y compañero de Restrepo antes de dirigirse a la sala de velación, en el cementerio Campos de Paz.
Sus compañeros de la Compañía de Empaques y representantes sindicales, como Rubén Darío Gómez, presidente de la Confederación General del Trabajo (CGT), recuerdan a Luis Germán Restrepo como "un hombre amable, alegre y, ante todo, solidario con los demás".
Pero al hablar de su vida pública, lo que más destacan quienes lo conocieron y trabajaron a su lado fue su capacidad para transformar su pensamiento de acuerdo con los cambios del mundo y la dinámica empresarial.
Así lo define Francisco Criollo, secretario de Sintraempaques. "Fue un dirigente fiel del sindicalismo tradicional, de protestar, de paros, exigir derechos laborales... pero luego transformó su pensamiento hacía el diálogo entre trabajadores y empresarios. Producto de eso fue el contrato sindical, figura laboral de la cual fue pionero en Antioquia".
Los trabajadores de la Compañía de Empaques no olvidan que en 1999, la empresa estaba al borde de la quiebra por efectos de la apertura económica y las exigencias del sindicato eran imposibles de cumplir.
"Él se dio cuenta de que se perderían los empleos y convenció a los trabajadores de negociar para salvar la empresa, que con paros y protestas no lograrían nada y al final salvaron la compañía", contó Rubén Darío Gómez, de la CGT.
Gracias a ese nuevo estilo de sindicalismo, que le apostó a la concertación para fortalecer las empresas y procurar mejor calidad de vida de los trabajadores, en la empresa donde laboró Restrepo destacan beneficios como 70 viviendas conseguidas para empleados y otros beneficios.
Para su sepelio, hoy a las 10:00 a.m., se espera una movilización para despedirlo, recordar su legado y rechazar su crimen.
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