Los líderes de las marchas dicen que hasta que no haya cambios de fondo, seguirán protestando.
Desde el pasado 4 de febrero, cuando los jóvenes de Táchira salieron para protestar contra la inseguridad en el campus, la actividad de calle no ha cesado en Venezuela y el movimiento estudiantil ha mantenido una agenda activa de marchas, potenciada a partir de los hechos violentos ocurridos el Día de la Juventud.
Las autoridades gubernamentales han señalado a los estudiantes como presuntos responsables de los hechos que, entre tanto, han dejado sin vida a 28 personas en todo el país. Sin embargo, lejos de considerarse promotores de la violencia, los universitarios insisten en aclarar que la suya es una lucha pacífica y que las víctimas son a causa de la respuesta represiva del gobierno.
"Hay un descontento importante producto de la creciente inseguridad, del desabastecimiento y de toda una cantidad de problemas estructurales que afectan a todos los ciudadanos", dice Juan Requesens, el representante de la Federación de Centros Universitarios, en la Universidad Central de Venezuela. Para él, las protestas "resultaron de la imposibilidad del gobierno de responder a las necesidades de los ciudadanos", y la continuidad de los actos de calle "se ha dado por la falta de soluciones y por el irrespeto que ha mostrado el chavismo por los Derechos Humanos".
Aunque algunos ofrecen métodos más radicales que otros, los líderes estudiantiles coinciden en la búsqueda de un objetivo final: obtener un cambio para la calidad de vida de todos los venezolanos a través de vías constitucionales.
"En estos 40 días hemos visto cómo la protesta ha creado un clima que trascendió de los dos sectores políticos y, sinceramente, creo que el Psuv se encuentra un poco incómodo con la situación del país. Como movimiento estudiantil tenemos un compromiso con Venezuela y un papel que cumplir. No somos los que solucionamos directamente los conflictos, pero podemos sensibilizar y presionar", dijo Juan Quintana, líder estudiantil de la Universidad Alejandro Humboldt.
En los últimos días los estudiantes han activado el debate sobre las que serán sus posturas oficiales ante las continuas acusaciones que realizan en su contra las autoridades. Coincidieron en que, si bien creen en el diálogo como un camino hacia la solución de los conflictos, solo accederán a participar en las mesas de negociación del Presidente cuando "cese la represión, suelten a los presos políticos, se dé la renovación de las autoridades y nos reconozcan como parte de la sociedad venezolana, sin insultos ni descalificaciones", declaró Gabriela Arellano, dirigente de la Universidad de Los Andes.
"La agenda de los estudiantes es la calle hasta que se dé un verdadero cambio", concluyó por su parte Requesens.
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