La palabra crisis no está en su lenguaje personal y tampoco es parte de su cultura empresarial. Él mismo compra las telas, revisa la calidad, regatea los precios y lo respetan en la industria textil "porque compra bastante y paga bien". Siempre con sus recursos de caja, porque no le gusta utilizar la plata de los bancos.
Luego de confesar que tuvo que coser más metros de tela y abrir más almacenes para vender en 2008 lo mismo de 2007, don Arturo planea la apertura de más puntos de venta en este año, en el país y en el exterior.
"No me gusta remodelar sino tumbar y construir". Destaca que ocho tiendas serán hechas de nuevo y otras cuatro abren en este año, en Pereira, Pasto, Bogotá y Medellín (en el Centro Comercial Santa Fe), para completar 57 almacenes con áreas entre 700 y 1.500 metros.
No suelta una cifra de inversiones y, menos, de ventas, porque dice que "no es elegante hablar de plata y por sencillez, humildad y seguridad". Pero sí señala que el 70 por ciento de sus ventas responden a telas y productos nacionales y el 30 por ciento a importados.
Para abrir mercados fuera de las fronteras, ya piensa en ofrecer su marca en franquicia, con la meta de tener tiendas Arturo Calle en Centro y Suramérica a finales de 2010, pero se niega a confeccionar para otras marcas. "La señorita es la marca y la tenemos que cuidar mucho... Queremos seguir haciendo bien lo que sabemos hacer", le dijo a EL COLOMBIANO.
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