Los muertos que dejó el narcotraficante Pablo Emilio Escobar Gaviria aún no han sido contados con certeza. Así se colige de un dato, aportado por el expresidente de la República César Gaviria Trujillo, que, por tenebroso, obligaría a revisar la historia misma del crimen en la ciudad: en enero de 1990 el capo y sus hombres mataron a 400 policías en Medellín.
Es de anotar que, según Medicina Legal, durante el mandato de Gaviria, 1990-94, fueron asesinadas en Medellín 27.627 personas, o sea más que la población de un municipio como Santa Fe de Antioquia.
Todo comenzó el 5 de junio de 2012, cuando El Colombiano le remitió al exmandatario un cuestionario con seis preguntas sobre Escobar. La número 6 rezaba así:
¿Como Presidente de la República, sintió usted miedo ante el poder corruptor y criminal de Pablo Escobar Gaviria?
El 13 de junio, a las 8:27 a.m., Gaviria respondió y sobre ese punto específico aseguró que “tanto durante el gobierno del Presidente Virgilio Barco, como en el mío, Escobar fue una permanente amenaza, no para mi seguridad personal, sino para la Nación entera. Medellín, por ejemplo, sufrió la muerte sistemática de más de 400 policías en enero de 1990, además de muchos otros crímenes”.
Aunque mi conocimiento del prontuario criminal del narcotraficante no era muy profundo, la cifra de 400 policías asesinados en un solo mes llamó mi atención. Sinceramente pensé que se trataba de un error del expresidente de la República o de quien le había transcrito sus respuestas. Para salir de dudas, el 12 de julio, a las 9:58 p.m., le pregunté por correo electrónico:
“Presidente, buenas noches. En la respuesta número 2 se indica que en enero de 1990 Medellín tuvo la muerte sistemática de MÁS DE 400 POLICÍAS. Posiblemente es un error de digitación. ¿Serán 40?”
Gaviria atendió mi consulta el 15 de julio y, en forma breve, pero directa, afirmó: “No es un error de digitacion Eso fue lo que ocurrio. César”.
Aunque, como es de suponer, un Presidente de la República es el ciudadano mejor informado de una nación, algo en mí se resistía a darle crédito a una cifra que representaba un genocidio, pues significaba que cada día las balas y explosiones del Cartel de Medellín dejaban más de 13 hogares de policías con huérfanos, viudas y padres solitarios.
Como interpretando mi incredulidad, el 18 de julio, a las 3:48 p.m, Gaviria me hizo una precisión: “German. Encontraste la informacion? Pedían el cambio de Pelaez Carmona que era capitán de la policía. Creo que pagaban 2 millones por cada uno. Los mataban con o sin uniforme. Fueron mas de 400. El número exacto se sabe. c”.
Terco, quizás, ese mismo día, a las 5:52 p.m., volví a llamar la atención de Gaviria sobre su revelador dato: “Señor Expresidente, buenas tardes. He estado mirando documentos al respecto y aún no encuentro el soporte de la cifra que usted menciona.
Le confieso que me llama poderosamente la atención la certeza con la que usted habla de este número, pues tradicionalmente se ha dicho que en toda la guerra librada en Medellín contra Pablo Escobar y su cartel, fueron asesinados en Medellín entre 270 y 300 policías, pero jamás he visto más de 400 en un solo mes y en la sola capital antioqueña. La próxima semana me voy a meter de lleno en el asunto. Su palabra es muy importante a este respecto y me gustaría saber qué reportes o informes oficiales de soporte tiene o las personas que puedan suministrarlos.
Una precisión: el teniente al que se refiere es Óscar Peláez Carmona? ¿Quiénes pedían su cambio y por qué?”.
El exmandatario respondió al día siguiente, a las 9:29 a.m. No envió documentos de soporte de su afirmación y a cambio de ello remitió a terceros que, aunque respetables, están lejos del rango y nivel de información de un Presidente: “German Contacta a Alonso Salazar a María Ema Mejía a Jorge Orlando Melo o yo te ayudo a contactar la Policía. Es posible que Héctor Abad tambien tenga antecedentes. Sí es el mismo Óscar Peláez Carmona. César”