¿Dónde está la belleza? Quizá Beatriz Torres Vélez no tomó conciencia plena de la pregunta, cuando cualquier tarde de sol, hace tres años, se percató de la luz que se colaba entre las hojas y los tallos de las matas de plátano en casa de su mamá.
En ese momento ocurrió el hallazgo. Y, desde entonces, tras su lente de fotógrafa, las imágenes de los platanales traspasan el umbral de la realidad y se convierten en pura textura y color. En arte.
A esta quindiana de nacimiento le sorprende la versatilidad de esta planta que en el juego de la luz revela los momentos de la vida: el nacimiento, la reproducción y la muerte.
Beatriz no dice su edad, pero sí cuenta que tiene tres hijos y cinco nietos. Precisamente fueron ellos los primeros que posaron, hace ya 25 años, ante su cámara y le permitieron descubrir que la fotografía era ese no se qué que llenaría su vida de felicidad. "Cuando tengo una cámara, nunca me aburro".
Convencida de que ésta era su pasión y su oportunidad para la realización profesional, no dudó en sacar de su cabeza las leyes, que fue lo que estudió en Cali, y quedarse con la fotografía.
Su inspiración
"Cuando entro a un platanal me encuentro en una fantasía de tonos y colores. Entro a mirar, a saciar esa incógnita de qué voy a encontrar allí y en esa búsqueda empecé a registrar desde que nace la planta hasta el momento que cae la hoja y empieza a morirse".
Al encontrar ese no se qué que llenó su vacío creativo Beatriz tuvo la fortaleza para aprender sin escuela, y ser reconocida por trabajo.
En abril participará de la reinaguración de la Casa del Quindío en Bogotá.
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