Hasta ayer sólo regía en los municipios del sur, pero Bello le tomó la delantera a la zona norte del Valle de Aburrá y fue el primero de este sector en adoptar el toque de queda para menores de edad.
La decisión se tomó el pasado 6 de mayo y empezó a regir anoche. Los menores de 18 años, entre las 11:00 p.m. y las 5:00 a.m., no podrán estar en la calle, a no ser que estén acompañados de sus padres o un adulto responsable y siempre que no sea en un establecimiento donde se expenda y consuma licor.
Los que sean sorprendidos infringiendo la medida serán conducidos por la Policía a una estación y sólo les serán entregados a sus padres o adultos que se hagan responsables de ellos.
El alcalde local, Óscar Andrés Pérez, explicó que la restricción se impone no como un castigo sino para proteger a los menores de los peligros de la noche.
"Hemos notado mucho consumo de licor en los adolescentes y buscamos crear conciencia en los padres para que los protejan y en los dueños de establecimientos públicos para que no les vendan licor", precisó.
Añadió que también se quiere prevenirlos de que sean utilizados por los delincuentes para que les carguen las armas y las drogas o que se integren, voluntaria o forzadamente, a los grupos armados.
La medida también rige en el sur (Itagüí, Caldas, La Estrella, Envigado y Sabaneta) y en Rionegro, Marinilla y La Unión. En Medellín no ha empezado a aplicarse.
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