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Blades canta de su maestra, la vida

El artista asocia a Medellín con temas como Maestra Vida, por las espinas y las rosas. Sube a escena a las 7:00 p.m.

  • Blades canta de su maestra, la vida | Blades destacó la calidad de la orquesta panameña que lo acompaña. FOTO JULIO CÉSAR HERRERA.
    Blades canta de su maestra, la vida | Blades destacó la calidad de la orquesta panameña que lo acompaña. FOTO JULIO CÉSAR HERRERA.
24 de mayo de 2013
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Una historia hecha de lo que se hace la vida, de las calles y de la gente, tiene Rubén Blades ante cada pregunta. Y sus canciones están hechas también de estos cuentos, del barrio en que nació, donde están el callejón de Pedro Navaja, la casa de Ligia Elena; donde viven Juana Mayo o Pablo Pueblo.
 
El cantante trajo ayer a Medellín estos relatos, y otros de su paso por la política y por la vida de la que no ha parado de aprender desde cuando su abuela Emma, le enseñó a leer a los cuatro años, le mostró las artes y de paso lo que es la muerte.
 
Su abuela fue maestra...
"Emma nació cuando Panamá era un departamento de Colombia, era colombiana. Su papá, Rafael Aispuru, fue general y gobernador de la Ciudad de Panamá. Era muy voluntariosa. Se casó dos veces, se divorció dos veces, en una época donde divorciarse una mujer era una catástrofe social. Trabajó, educó a los cuatro hijos que tuvo, a las mujeres las mandó a la escuela y a los hombres los educó en la casa, porque ella decía que las mujeres eran las que necesitaban la educación formal".
 
¿Cómo influyó en usted?
"Ella me enseñó a leer cuando yo tenía cuatro o cinco años. Me hablaba no solamente de las artes sino de la vida misma. Caminando un día nos encontramos un cortejo fúnebre y ella paró, se quitó el sombrero y yo le pregunté por qué nos parábamos —íbamos al cine, la calle 13 oeste en Panamá— ese día fue la primera vez que entendí lo que era la muerte. Le pregunté ¿tú te vas a morir un día? y me dijo: sí y tú también, ve pensando en eso".
 
¿Tiene buenos recuerdos de la escuela?
"Son buenos los recuerdos que tengo de la escuela. A mí me gustaba ir a la escuela, sentía mucho gusto yendo a la escuela".
 
¿Qué hay especial en la banda que lo acompaña esta vez?
“Se sorpenderán de la calidad del grupo. Es un grupo de salsa, por lo tanto sus argumentos a la hora de tocar tienen más consistencia para los que buscan ese género. Y no solamente tienen talento para la música sino también espiritualmente son tipos llenos de vida. Me siento siempre muy cómodo con ellos. Incluso con ellos hay números que yo no había cantado hacía muchísimos años y ellos los tenían montados”.
 
¿Cómo cuáles?
“Por ejemplo El cantante. Es un tema que nunca lo consideré como un tema para interpretar porque para mí la versión de eso lo hizo Héctor Lavoe y punto, salir a cantar algo que Héctor hizo tan bien me parecía un poco extraño”.
 
¿Por qué cantar este tema entonces?
“Como la gente se fue enterando de que yo fui el que escribí la canción, entonces me he metido en la película de que la gente dice, eso lo escribió Rubén. Como Héctor tiene tanta gente que lo quiere y que lo sigue todavía, a veces la incluímos en el repertorio”.
 
Entendemos que tiene un proyecto de tangos...
“El álbum de tangos está grabado hace dos años. Ya yo participé en el Festival Mundial del Tango en buenos Aires hace dos años, con Carlos Franzetti y la orquesta de Leopoldo Federico que grabó seis de los temas. La orquesta de Leopoldo Federico es como el equivalente de Fruco o Joe Arroyo, acá, de los fundadores. Los otros seis temas los hicimos en Nueva York, con un quinteto, el que se encargó de todo fue Franzetti. Los violines y todo lo demás lo hicimos en Praga y el álbum está completo”.
 
¿Por qué no ha salido todavía el trabajo?
“El problema que tengo con las compañías de discos es que quieren ser dueños del producto. Cuando les hablas de distribución, entonces no les interesa. Posiblemente lo distribuya independientemente y tenga que hacer contactos en diferente lugares. Ya hay interés en Buenos Aires por lo menos, lo quiero sacar este año”.
 
¿Qué canciones incluyó?
“El material sobrevive a cualquier cosa, incluyendo el género. Las canciones son Pacula C., Ligia Elena, Pedro Navaja, Pablo Pueblo, Juana Mayo, Ella, Adán García... son todos temas que ya yo había grabado, pero en formato de Salsa”.
 
¿Lo que conoce de Medellín con qué canciones se puede asociar?
"Con todas en una u otra forma. En Maestra Vida, por ejemplo, está todo, vi espinas y vi rosas, vi morir seres queridos, vi bellezas, fui testigo de maldades y de guerra, vi lo bueno de la tierra y vi el drama y la miseria... Hay canciones como Sicario, que son temas difíciles pero te explican de la mentalidad que tiene un grupo. La violencia, el dolor, las muertes se sienten en canciones como Padre Antonio o Amor y Control, de la dificultad de poder administrar un hogar donde hay enfermedad o hay drogas... Desaparecidos, como le hablo a toda la gente que se va, no importa que sea por acciones de gobierno genocida sino también por cualquier motivo".
 
¿Cómo se puede trabajar desde la cultura para la noviolencia?
"La mejor manera es a través del ejemplo personal, es una labor de docencia, porque la violencia no construye ni el odio tampoco, es una emoción inútil. Es una tarea que se desarrolla desde el hogar por una parte, porque los padres y la familia son los gestores iniciales. La violencia doméstica es tan horrorosa como lo es la violencia en la calle, sin embargo en muchos casos no hablamos de eso, porque es algo que nos avergüenza. Lo primero en términos de violencia es evitarla en la casa”.
 
¿Cómo influyen los amigos, el barrio?
“El barrio influye mucho también. En mi barrio todo el mundo educaba, las mamás de mis compañeros no permitían que yo hiciera algo que fuese criticable sin decírselo a mi mamá, porque yo iba a contaminarle a sus hijos también. Había una red de protección: si hacía algo malo en la calle la mamá de mi amigo le decía a mi mamá y eso era una rejera... nadie se salía con la suya”.
 
¿Y los políticos cómo influyen en la violencia?
“En el gobierno yo entendí que parte de lo que estaba haciendo no era administración sino también docencia, es como te relacionas con el trabajo tuyo, como actúas, si se te va a la cabeza la sensación del poder, entendiendo que eres un servidor público para que la gente no se sienta frustrada. Eso también crea la violencia, la frustración que se siente de no poder hacer más nada”.
 
En su labor en turismo en el gobierno panameño se reunió con las pandillas...
"Nos reunimos con más de 20 jefes de pandillas. Al final uno se paró y me dijo ¿tú qué ofreces? Porque yo consigo es con esto. Lo que se me ocurrió después fue un programa para guías turísticos urbanos con ellos. A 60 personas les hicimos los estudios de aptitud, 20 empezaron el programa; mataron a algunos o murieron, a algunos los tomaron presos... terminaron cinco, que terminaron muy bien. Eso me indica que tenemos que renovar los esfuerzos para producir las oportunidades".
 
¿Se podría dar un reencuentro suyo con Willie Colon?
“Esa es una situación que no se va a dar. No es saludable creer que los tiempos pasados fueron los mejores. Yo no tengo nada que buscar ya con lo que hice hace 20 o 30 años, al margen de cualquier situación provocada por las actitudes de cierta gente, no tengo esa nostalgia. Me gusta volver atrás pero no tengo la necesidad de volver a sentir la misma cosa, es imposible. Estuve conla Fannia hace poco en Perú y es un placer volver a estar con los compañeros, pero hay que entender que ya Roena no va a bailar como antes, que Barreto ya no está allí, Celia no está con nosotros ni Héctor. Eso es parte de la vida”.
 
¿Ve otra Fannia en la nueva generación?
“Hay muchos músicos buenos de salsa, en Colombia y también en países que ustedes ni se imaginan. Hay salseros por todas partes. Estuvimos en Venezuela el año pasado con Dudamel, hicimos Maestra Vida completo, en La Carlota, fueron 220.000 personas y había muchos de los que estaban allí que no habían nacido cuando el disco salió”.
 
¿Qué tan distante de la salsa está Calle 13?
“Le pregunté a René, de Calle 13, por qué se habían dirigido al género donde están y no hacia la salsa, por la similitud de las preocupaciones de él en sus letras y me dijo: Rubén, es que yo no sé cantar”.
 
¿Se perdieron las historias en las canciones?
“Yo tendría mucho cuidado en no asumir que no esté ocurriendo. Usted puede decir que ya no se escriben boleros como antes, porque no se escuchan boleros como La Montaña o Envidia, Delirio... yo creo que los siguen escribiendo, solo que no se están escuchando porque la radio no le da el espacio o porque estamos muy pendientes de otras cosas”.
 
¿Trata sus canciones como cuentos?
"He tenido la suerte de conocer a varios Nobeles en literatura. En cuanto a escribir ¿qué más grande que ellos? Incluyendo a uno que debió haber sido Nobel y no lo fue, que es Carlos Fuentes. Siempre tuvieron mucho respeto por el trabajo que hacíamos”.

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