La Casa del Buen Dios, nombre más bondadoso no podría tener esta bella fundación, con sede principal en Prado Centro, que cumple 50 años tendiendo su mano a los enfermos, la mayoría personas muy necesitadas, que llegan de los pueblos a la ciudad, en busca de una cura para sus males, sin un lugar donde hospedarse.
La fundación, además del hospedaje, acoge a los necesitados con una bendición que también incluye alimentación, asistencia social, sicológica y servicio de transporte.
Que Dios tenga en lugar sagrado a doña Tulia Uribe, fundadora de la Casa. Se lo merece por la extraordinaria labor que desempeñó en la tierra.
Que su bendición siempre acompañe a Mónica Londoño, actual directora y a todos aquellos que hacen posible esta misión de amor, bondad y paz.
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