Inicio esta nota advirtiendo que me declaro de acuerdo con la apertura comercial de los países, pero con condiciones, es decir, sin competencias desleales y con alguna reciprocidad. Espero no quedarme corto en el extenso catálogo de competencias desleales que soslayan nuestras autoridades monetarias y quienes apoyan y recomiendan aperturas comerciales atolondradas.
El "dumping", traduce vender a precios inferiores. Figura esta práctica desde hace más de 50 años como una forma sutil de competencia desleal. Asumamos, para explicarlo, una empresa que produce un artículo cuyos costos, gastos y margen de utilidad totalizan $10. Dicha empresa decide exportar tales artículos en $8 y vender los destinados al consumo doméstico en $12, conservando su promedio en $10.
Lavado de dólares. Un narcotraficante le entrega a un colombiano dólares en el exterior a cambio de que tal ciudadano le pague con pesos colombianos. Tales dólares se negocian muy baratos, a una tasa de cambio muy inferior a la del mercado. Los artículos así comprados entran todos de contrabando, o bien legales unos y de contrabando otros. Y terminan siendo facturados por debajo de los precios colombianos del mercado. Emplean otros el contrabando técnico, esto es, en los documentos de nacionalización figuran con posiciones arancelarias diferentes de las que les corresponden realmente para pagar menos impuestos de aduana.
Barreras NO arancelarias. Esta es una de las formas más abyectas de competir en forma desleal. Es muy común entre los japoneses. Establecen para ello una serie de complejas disposiciones sanitarias, o de estándares absurdos, como que todos los melones sean del mismo tamaño y absolutamente redondos...
Elevados subsidios agrícolas. Tanto los estadounidenses, como los europeos y los japoneses, consideran que sus sectores agrícolas no pueden subsistir sin que los gobiernos les subsidien su agricultura a manos llenas. Si mal no recuerdo, estos subsidios pueden alcanzar a rebajar fácilmente hasta el 20% de los costos, gastos y márgenes de venta de los agricultores extranjeros. Así no les puede competir nadie en sus mercados domésticos.
Tasas de cambio exageradamente depreciadas o devaluadas. Los chinos son expertos en esto. Su yuan hace años se cotiza con devaluaciones superiores al 40% para fomentar sus exportaciones y defender su producción doméstica. El dólar estadounidense marcha por la misma senda por culpa de la crisis reciente y para duplicar sus exportaciones en 2015.
Tasas de cambio exageradamente apreciadas o revaluadas, esto es, dólares y euros muy baratos. Los especialistas en esta exageración ya no son los extranjeros, sino las propias autoridades monetarias colombianas, expertas en monetizar dólares, despreciar ciertos controles de capitales e ignorar las absurdas competencias desleales de este catálogo.
Insumos importados y sobrefacturados. Se oye rumorar que algunas empresas extranjeras importan insumos, materias primas, para sus productos terminados en Colombia, pero sus casas matrices los sobrefacturan, les elevan los precios cuidadosamente con el fin de reducir y retirar sus utilidades por anticipado y sin tener que proceder a pagar impuestos sobre ellas. También acostumbran facturar costosas asesorías técnicas con la misma finalidad.