Un veterano de 66 años, con un extenso camino recorrido en la metalurgia, era el cerebro detrás de la falsificación de monedas de 500 pesos, en el barrio Manrique Santa Inés.
Agentes de la Sijín de la Policía llegaron hasta la vivienda del hombre, ubicada en la carrera 41 con calle 82, gracias a información de la ciudadanía.
Según el coronel Luis Eduardo Martínez Guzmán, comandante de la Policía Metropolitana del Valle del Aburrá, se desconoce cuánto tiempo llevaba funcionando el negocio.
Lo cierto era que el falsificador no sólo contaba con toda la maquinaria para ensamblar 2.000 monedas diariamente, sino que también poseía colaboradores encargados de ofrecer el dinero en locales comerciales.
Se estima que cada moneda de 500 era vendida en 200 pesos, asunto que resultaba más que rentable a quienes se prestaban para el ilícito.
Aunque no era difícil detectar que el dinero era una mera copia, el fabricante se tomaba la tarea de envejecer, por medio de químicos, el metal.
"Cuando usted toma la moneda en las manos, se convence de que está ante una falsificación. Lo que pasa es que con el agite de la ciudad, con el agite en que vivimos los seres humanos, muy difícilmente podemos estar tan pendientes", agregó Martínez. En el operativo se incautaron 1.230 monedas listas para ser distribuidas.
El viernes pasado, la Policía había desmantelado una fábrica de billetes de 50.000 pesos, lo que constituyó el golpe más duro que se le ha dado a los falsificadores este año en Medellín: 1.600 millones de pesos.
El Banco de la República determinó, en su momento, que se trataba de burdas copias que no pasaban las pruebas de luz ultravioleta y marca de agua.
Néstor Plazas, subgerente Industrial y de Tesorería del Emisor, anunció que en Octubre se hará el lanzamiento de una agresiva campaña pedagógica para que la comunidad de Medellín sepa identificar toda la plata que llega a sus manos.
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