El fútbol premia y castiga con goles. Lo primero es obvio; lo segundo, un asunto de merecimientos. Y en este nivel es que Boyacá Chicó consiguió una victoria valiosa que lo mantiene vivo en la brega por alcanzar uno de los codiciados cuatro cupos a la final de la Liga Postobón.
Y es que el cuadro de visita inquietó durante los primeros 30 minutos de juego, pero el gol de los locales vino en un momento en el que el dominio territorial y mayor tenencia de balón eran del Cúcuta, cuadro que llegaba pero no concretaba con un repetido desperdicio en la portería de Alejandro Botero, quien en dos oportunidades la sacó barata ante un Diego Cabrera que dilapidó las dos mejores de las cuatro que contabilizó el once motilón.
Por esta razón el gol de Diego Chica, con colaboración del portero Leandro Castellanos, a los 27 minutos pareció reñir con el contexto del juego. Y es que el gol castiga al que no los hace y premia al que no falla.
Pero para la segunda el once de casa hizo méritos tanto en juego, orden y actitud ofensiva como en dominio y control de un rival que se desdibujó paulatinamente y sólo respondió con esporádicos pero poco contundentes incursiones en la portería de Botero.
El gol de Charles Monsalvo llegó a los 17 minutos de la complementaria y fue premio al equipo que mejor jugaba. De ahí en adelante pudo ampliar el marcador, pero no lo logró. Chicó sueña aspiran llegar al umbral de los 30 puntos, los ‘necesarios’ para lograr la clasificación.
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