Con felicidad y como una distinción a su fructífera carrera de 13 años recibió Luis Amaranto Perea la clasificación de Colombia para el Mundial.
Este zaguero, que representa la superación, le agradeció a sus compañeros la reacción del viernes, porque con ella la Selección se aseguró para Brasil-2014 y él lo está disfrutando demasiado, ya que "a mi edad es un gran premio, luego de tantos momentos difíciles vividos en tres eliminatorias".
Fue tanta la emoción que produjo entre la familia el empate 3-3 que su esposa Digna Luz Murillo se desmayó, pero Amaranto ya superó el susto y se encuentra en Asunción dispuesto a cerrar con broche de oro la fase clasificatoria frente a Paraguay.
Reconoce que se tuvieron fallas ante Chile que no se pueden repetir este martes ante los guaraníes, pero considera que a "la Selección le sobra casta, personalidad y jerarquía, pues no es fácil clasificarse como lo hicimos el viernes ante nuestra gente".
Esa situación lo condujo a darle gracias a Dios y lo tiene convencido de haberle cumplido al país, ya que "después de tantos años, varios procesos y demasiadas situaciones complicadas" le dieron al fútbol colombiano el lugar que se merecía: estar en la élite que jugará la edición 20 de la Copa Mundo.
Las tardes y noches difíciles que le generaron muchas tristezas a Perea quedarán en el olvido, porque él y sus compañeros empezarán en Asunción la nueva era del fútbol colombiano, que de ahora en adelante sólo se preocupará de hacer un buen Mundial.
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