LOS FAVORES DE DON BEPPO. En la fiesta de san Pío X, el 21 de agosto, recordé esta anécdota suya: siendo Papa tuvo fama de hacer milagros; cuando fueron a visitarlo algunos feligreses de su antigua parroquia de aldea, le preguntaron: "Don Beppo (así le decían cuando era Guiseppe Sarto, párroco), ¿es cierto que usted hace milagros?"; el Papa con sencillez y buen humor respondió: "Aquí en el Vaticano hay que hacer de todo?", y este es un caso, entre muchos, de los favores de Don Beppo:
Un obispo brasileño fue a visitarlo para implorar la curación de su madre, enferma de lepra. San Pío le recomendó que se encomendara a la Virgen y a algún otro santo. Pero el obispo, que quería su intercesión, le rogó: "Al menos dígnese repetir las palabras de Nuestro Señor ante el leproso, ' Volo, mundare ' (quiero, sé limpio); el Papa, con una sonrisa repitió condescendiente: " Volo, mundare "? Cuando el obispo regresó a Brasil encontró a su madre curada de la lepra.
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