Perder a un ser querido no es fácil de superar para nadie, se vienen días difíciles y tal vez para muchos, si no lo manejan de buena manera, la vida no volverá a ser la misma.
Pero si para un adulto no es sencillo, para un niño o un adolescente si que menos, sobre todo porque muchas veces, dependiendo de su edad, ni siquiera entienden qué fue lo que pasó.
Por eso el acompañamiento de los adultos a los jóvenes y niños que deben elaborar un duelo es definitivo.
La psicóloga Piedad Gómez explica que "hasta los 6 años los niños todavía no entienden que la muerte no tiene revés, por lo que los padres deben explicárselos claramente con cuentos y ejemplos". No es bueno dejar que el niño se cree fantasías, que piense que la persona que murió está dormida o de viaje; hay que decirles la verdad", dice Piedad.
La psicóloga Marcela González opina que los niños no demuestran su tristeza todo el tiempo, pueden tener ratos de felicidad mientras que están entretenidos con algo más y cuando se acuerdan pueden llorar por unos minutos, hasta que encuentran otra distracción.
Los adolescentes ya entienden perfectamente lo que es la muerte, pero aún necesitan que sus padres los escuchen e igualmente que los acompañen.
Durante la elaboración del duelo, cada persona pasa por varias etapas.
La primera es la de shock, en la que se alcanza a dimensionar la pérdida, algunos sienten rabia o se empeñan en negarlo.
Luego, cuando ya lo asimilan viene una etapa de tristeza en la que pueden perder el apetito, no duermen y se vuelven bastante introvertidos.
Y la tercera es en la que ya logran recordar a la persona fallecida de manera positiva y pueden recuperar el interés por la vida.
Cuando un joven no resuelve un duelo, puede desencadenar diferentes patologías en su vida adulta.
Por eso es muy importante animar a los niños y jóvenes a que expresen su sufrimiento y lo pongan en palabras.
La psicóloga Adriana Pérez asegura que "una buena forma para desahogarse es escribiendo cartas y mensajes". Con esto, además, podrán ir haciendo una despedida personal de ese ser querido.
Los rituales
Aunque todo depende de la formación y creencias de cada familia, es muy importante que los niños y jóvenes asistan a los rituales que se hacen en estas situaciones. Atrás quedó la percepción de que no pueden ir a los velorios, o que les va a doler más si van al entierro.
Asistiendo a este tipo de ceremonias podrán asimilar más rápidamente la realidad y lograrán que la elaboración del duelo sea menos traumática.
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